Los refugiados ofrecen su experiencia médica para ayudar a combatir la crisis del coronavirus en Francia
Doctores de Libia y Somalia son parte de los médicos refugiados que se han unido a la batalla contra el COVID-19 para salvar vidas.
La crisis del COVID-19 ha provocado una oleada de solidaridad de personas en todo el mundo y eso incluye a los refugiados, que están dispuestos a ayudar en los países donde viven ahora. Muchos refugiados en Europa que trabajaban en medicina en sus países de origen están encontrando nuevas formas de usar sus habilidades para ayudar a cuidar a quienes lo necesitan. A continuación dos ejemplos de Francia.
La historia de Mohamed
Mohamed, de 39 años, trabajaba como médico en su país natal, Libia, y se estaba preparando para ser cirujano cuando la violencia lo obligó a huir a Francia en 2016. Las dificultades del cruce marítimo no disminuyeron su deseo de servir y seguir su carrera.
Aprobó los exámenes de idioma francés necesarios para comenzar el proceso de registro como médico y realizó pasantías donde siguió a médicos de alto nivel en hospitales en la ciudad norteña de Rouen y Limoges en el centro oeste del país. También se ofreció como voluntario con organizaciones benéficas francesas, incluyendo "Les Restos du Cœur", y está preparado para ir a donde sea necesario.
“Mi sueño es trabajar como médico. Es mi vida. Es lo que me da vida", dijo Mohamed.
Cuando comenzó la crisis de COVID-19 en Francia, se registró de inmediato en la lista de emergencia establecida por el Ministerio de Salud para apoyar al personal médico en los hospitales.
"Estoy listo para hacer cualquier cosa para ayudar".
“Los médicos refugiados pueden contribuir a combatir el virus. He visto que en otros países europeos también están llamando a los médicos refugiados a trabajar y ayudar con la situación de emergencia”, dice Mohamed.
“Estoy listo para hacer cualquier cosa para ayudar. Puedo trabajar en la sala de emergencias de un hospital en cualquier posición. Puedo ser un asistente de enfermería, puedo ayudar a dar información. Para todos estos puestos, es muy importante contar con personal en los hospitales que sepa cómo lidiar con tal situación. Hay que tener mucho cuidado, incluso para encargarse de la basura”, dijo.
Mohamed dijo que su experiencia de guerra en Libia le ha enseñado a mantener la calma y concentrarse en situaciones difíciles.
"Una epidemia puede ser estresante, pero no es nada en comparación con la guerra. No tengo miedo. Estoy listo para ir a cualquier parte de Francia a ayudar”, dijo.
La historia de Yasin
Antes de que Yasin huyera de Somalia hace tres años, él estudió medicina y se graduó como médico. Cuando llegó a Francia estaba ansioso por continuar su trabajo como médico. No pudo encontrar trabajo y eventualmente pasó un tiempo viviendo en las calles de París.
Sin inmutarse, fundó una ONG, Red de Exiliados en Francia, para marcar la diferencia en su nuevo hogar. Los refugiados y solicitantes de asilo están muy involucrados en la organización, participan en intercambios de idiomas y se ofrecen como voluntarios para traducir documentos.
La pandemia le ha dado a la organización benéfica la oportunidad de contribuir directamente y también les ha dado mucho trabajo.
Antes del brote de COVID-19, los voluntarios traducían alrededor de 10 documentos por semana, principalmente ayudando a los solicitantes de asilo en el proceso de asilo en Francia. Ahora están traduciendo documentos que brindan información sobre el confinamiento en Francia y consejos sobre a quién contactar si una persona se siente mal. En total, han traducido más de 220 documentos.
"Quédense en casa. Manténganse fuertes".
"Los hospitales, las organizaciones benéficas y los centros de alojamiento nos han enviado documentos, certificados y volantes, y los hemos estado traduciendo de forma gratuita", dijo Yasin. "Algunos solicitantes de asilo no entienden el confinamiento, por lo que se los explicamos en su propio idioma".
“En tiempos difíciles, la barrera del idioma puede volverse frustrante. Queremos ayudar”.
Una vez que termine el confinamiento, Yasin y los otros voluntarios planean trazar un nuevo camino a seguir, pero por ahora tienen un mensaje simple:
“Quédense en casa. Manténganse fuertes”, dijo Yasin.