ACNUR y sus socios piden 621 millones de dólares para ayudar a los refugiados de Congo y a sus comunidades de acogida

El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

Mujeres refugiadas de la República Democrática del Congo caminan hacia el mercado en el asentamiento de Mantapala, Zambia.   © ACNUR / Will Swanson

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y sus socios, hacen un llamamiento para recaudar con urgencia  621 millones de dólares estadounidenses para ayudar a las personas refugiadas procedentes de la República Democrática del Congo (RDC) que han buscado un lugar seguro en los países vecinos, así como para asistir a las comunidades que los acogen.

El Plan Regional de Respuesta para Refugiados de RDC  2020-2021 (RRRP, por sus siglas en inglés), presentado hoy por ACNUR y sus socios, incluye las actividades humanitarias de 66 organizaciones y busca ofrecer protección y asistencia humanitaria inmediata a las personas refugiadas, así como darles apoyo para que puedan rehacer sus vidas en los países vecinos donde han buscado asilo.

Actualmente, la mayoría de personas refugiadas congoleñas, cerca de 400.000, se encuentran acogidas en Uganda. Otras se encuentran en Burundi (más de 84.000), Ruanda y Tanzania (más de 75.000 en cada país), Zambia (50.000), Angola (23.000) y la República del Congo (21.000).

La situación en RDC sigue siendo una de las crisis humanitarias más complejas y prolongadas de África. Se necesitan urgentemente recursos para asistir a los países de las regiones del sur de África y de los Grandes Lagos donde se encuentran más de 900.000  refugiados y solicitantes de asilo congoleños. Las comunidades de acogida a las que  llegan los refugiados de RDC buscando seguridad ya están bajo una gran presión y escasez de recursos.

A pesar de que tras las elecciones presidenciales de diciembre de 2018 se produjo una transición de poder pacífica, el deterioro de la situación humanitaria y de seguridad, especialmente en la parte oriental del país, sigue siendo preocupante. Gran parte de la zona este de la RDC se ha visto afectada  en los últimos años  por los continuos conflictos armados que, junto con la violencia intercomunitaria, siguen provocando el desarraigo de la población congoleña y su desplazamiento tanto interno como fuera de sus fronteras.

La recurrencia de los ataques violentos ha provocado una pérdida trágica de vidas humanas y la destrucción de comunidades. En la zona oriental del país se está viviendo un empeoramiento de la situación de seguridad, con la población civil convirtiéndose en blanco de la violencia de forma indiscriminada y con las  frecuentes violaciones de derechos humanos que continúan perpetrando varios grupos armados.

La República Democrática del Congo cuenta con más de 5 millones de personas desplazadas internas, algunas de las cuales se han visto obligadas a desplazarse en repetidas ocasiones. Más de dos millones de personas se han convertido en nuevos desplazados internos en las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri en los últimos 18 meses. Recientemente, se ha presentado un Plan de Respuesta Humanitaria  para la RDC para asistir a unos 8,1 millones de personas dentro del territorio del país, que necesitan ayuda. Este Plan de respuesta para desplazados internos es independiente de este llamamiento para asistencia a refugiados congoleños en otros países.  Además, el país continúa acogiendo a más de 500.000 personas refugiadas procedentes de Burundi, la República Centroafricana, Ruanda y Sudán del Sur, que huyeron de sus países para buscar protección internacional.

Desde comienzos de 2019 decenas de miles de nuevas personas refugiadas han huido a través de las fronteras a causa de la violencia. Aunque los países de las regiones del sur de África y de los Grandes Lagos acogen con generosidad a cerca de un millón de refugiados y solicitantes de asilo congoleños, en los últimos años los recursos han ido reduciéndose. No resultan suficientes para ofrecer una protección adecuada, ni soluciones de alojamiento, seguridad alimentaria, salud y otras necesidades básicas, ni para cumplir con los estándares humanitarios mínimos. En muchos países de asilo, los asentamientos y campamentos de refugiados ya se encuentran al máximo de sus capacidades. La financiación que se ha recibido para actividades  orientadas a conseguir la autosuficiencia de los refugiados es muy limitada, lo que prolonga la dependencia que tienen las personas refugiadas de la asistencia humanitaria.

El Plan Regional de Respuesta para los Refugiados de 2019 que contempla 720 millones de dólares estadounidenses para la situación en la RDC solo recibió el 22% de los fondos requeridos.

 

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