La educación para niños y niñas refugiados en Irán necesita más apoyo
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, agradece los esfuerzos llevados a cabo por Irán para que cerca de medio millón de niños y niñas afganos que se encuentran en su territorio tengan acceso a la educación, al tiempo que reconoce que el país necesita un mayor apoyo humanitario ante los desafíos económicos que afronta en estos momentos.
Desde hace décadas, Irán ha sido uno de los principales países de acogida de personas refugiadas. En la actualidad, en Irán viven cerca de un millón de personas refugiadas afganas registradas. Además, se estima que más de dos millones de afganos viven en el país, ya sea sin documentación o con pasaporte afgano.
Irán es un ejemplo en cuanto a la inclusión de las personas refugiadas en sus servicios públicos nacionales. Desde que se aprobara la legislación en 2015, todas las niñas y niños afganos pueden asistir al colegio, tanto si son refugiados, como si tienen pasaporte afgano o no cuentan con documentación. Los niños y niñas refugiados estudian codo con codo con sus compañeros iraníes y siguen el plan de estudios nacional.
Según los datos oficiales, unos 480.000 niños afganos refugiados o indocumentados están matriculados en el curso escolar 2019-2020, lo que indica un incremento continuado con respecto a los años anteriores. Solo en el año 2019 Irán ha creado cerca de 60.000 plazas nuevas en sus colegios para estudiantes afganos.
Las dificultades económicas que se están viviendo en Irán agudizan la necesidad de que el país reciba un mayor apoyo humanitario para garantizar la oferta de educación y de otros servicios para las personas refugiadas.
El coste de vida en el país se ha disparado en el último año, complicando todavía más que las familias, iraníes y afganas, lleguen a fin de mes.
ACNUR reitera con preocupación que, si no se recibe un mayor apoyo por parte de la comunidad internacional para las operaciones en favor de los refugiados en Irán, se reducirá considerablemente la capacidad de la Agencia para continuar apoyando al gobierno para ofrecer educación a los niños y niñas afganos.
En el año 2019 ACNUR cofinanció junto con el gobierno la construcción de una docena de centros educativos para estudiantes refugiados e iraníes. Se trata de edificios con 12 aulas que han tenido un coste de 650.000 dólares estadounidenses cada uno. Si los precios de construcción continúan aumentando y sin la financiación suficiente, esto no podría replicarse en 2020.
El gobierno iraní ya eliminó en 2016 las tasas escolares para que las familias refugiadas pudieran acceder a una plaza en los centros educativos, lo que equiparaba a estas familias con las familias iraníes. Sin embargo, el aumento de los precios del material escolar y de los uniformes añade una mayor presión a los presupuestos de las familias refugiadas. Además, el reciente incremento del coste de la gasolina, que ha triplicado su precio, previsiblemente aumentará el coste del transporte escolar para las familias que lo necesitan.
En la actualidad, algunos colegios ofrecen dos turnos de clases para que el mayor número posible de niños y niñas pueda tener acceso a la educación. Pero muchos colegios siguen masificados y los docentes a menudo no pueden dedicar el tiempo necesario a cada estudiante.
Resulta preocupante la cantidad de familias refugiadas o desprovistas de documentación que han manifestado a ACNUR que, debido a la subida de los precios, tendrán que sacar a sus hijos e hijas del colegio y ponerlos a trabajar para contribuir a la economía familiar.
Hasta el momento, ACNUR solo ha recibido el 30% del presupuesto total necesario para sus operaciones en Irán, que asciende a 98,9 millones de dólares.