Biblioteca árabe de Estambul para estudiosos sirios
La refugiada siria Nada luchó para encontrar libros en árabe cuando llegó a Turquía, por lo que creó una biblioteca que ofrece a otros refugiados una forma asequible de leer.
La refugiada siria Nada, de 27 años, y su prometido Mohammad, de 25, desempacan libros en el café de libros que administran en Estambul.
© ACNUR
Cuando la refugiada siria Nada vino a Estambul, hace cuatro años, descubrió rápidamente que había algo que echaba de menos más que cualquier otra cosa. "Cuando llegué, no pude encontrar ningún libro árabe. No traje ninguno conmigo y resultaba muy caro comprarlos en el extranjero".
Fiel a su naturaleza, la joven que había huido del conflicto en Siria antes de iniciar el camino en Turquía por su cuenta, decidió hacer algo al respecto. Obtuvo sus primeros 200 libros a través de donaciones del extranjero y estableció su propia biblioteca de préstamos que, inicialmente, solo era para amigos.
Con su propio esfuerzo, amplió su colección y comenzó a prestar libros en línea a otros refugiados sirios. "Tengo muchos libros: novelas, auto superación, libros islámicos, libros para niños, libros de psicología e historia", dijo Nada, de 25 años. Por una pequeña tarifa anual, las familias de refugiados con bajos ingresos podían leer diferentes libros cada semana del año.
Actualmente, Turquía alberga a la mayor población de refugiados del mundo, lo que incluye a más de 3,5 millones de sirios que huyeron del conflicto de siete años en su país. Más del 90% de los refugiados viven fuera de los campamentos en pueblos, ciudades y aldeas de todo el país, entre ellos hay medio millón de sirios en Estambul, la ciudad más grande de Turquía.
Nada estaba estudiando psicología en la Universidad de Homs cuando comenzó el conflicto. A medida que la situación de seguridad empeoró, encontró refugio en Turquía, llegó sola pero decidida a continuar persiguiendo sus sueños.
"Turquía fue perfecta para mí, es moderna y de mente abierta, pero me aceptan usando mi hijab", explicó. "Cuando vine aquí, las puertas se abrieron para mí. Podría estudiar diseño gráfico, comenzar mi proyecto de biblioteca. Fue realmente bueno".
"Cuando vine aquí, las puertas se abrieron para mí. Podría estudiar diseño gráfico, comenzar mi proyecto de biblioteca."
Fue en una feria del libro en Estambul que conoció a su socio comercial y novio Mohammad, de 27 años, un compañero refugiado sirio de Damasco que huyó a Turquía en 2016 después de siete meses de prisión. "¡Me quedé muy impresionado cuando escuché sobre el proyecto de la biblioteca, y también quedé muy impresionado con ella! Me enamoré", dijo Mohammad, mientras ponía su brazo alrededor de los hombros de Nada.
Con formación en marketing, ahora Mohammad es responsable de promover la biblioteca en línea y las últimas incorporaciones a su negocio en expansión. El año pasado, la pareja abrió una pequeña librería y cafetería en el barrio de Fatih, en el centro de Estambul, hogar de muchos refugiados sirios.
Sus clientes habituales incluyen a una madre siria que alquila libros para niños para satisfacer el insaciable apetito de lectura de su hijo, y a un sirio de mediana edad que trabaja seis días a la semana en una fábrica de ropa cercana, y a quien le gusta pasar horas leyendo novelas los domingos, mientras lentamente bebe varias tazas de café turco cargado.
A fines del año pasado, la empresa recibió una subvención inicial del ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Nada y Mohammad usaron el dinero para comprar más libros para la biblioteca y para publicar su primer producto de cosecha propia, un "calendario creativo" diseñado por Nada.
"La actividad editorial es difícil de comenzar. Al principio necesita mucho dinero", explicó Nada. "La subvención fue muy útil y nos dio un empujón. Cuando publicamos nuestro primer producto, era como nuestro hijo. En realidad es nuestro hijo", dijo entre risas.
En cooperación con sus socios, el ACNUR implementa programas de medios de vida en Turquía, incluidas actividades para fomentar y estimular el espíritu empresarial de los refugiados.
Las subvenciones para la puesta en marcha y otras iniciativas de medios de vida están diseñadas para ayudar a los refugiados a establecer fuentes de ingresos sostenibles en sus comunidades de acogida, reduciendo así su dependencia de la ayuda y permitiéndoles llevar una vida más digna durante su desplazamiento.
Nada es feliz al perseguir sus ambiciones en el diseño gráfico y la publicación, mientras que se gana la vida y lleva un poco de luz a las vidas de sus compañeros refugiados.
"Los sirios son personas muy bien educadas", dijo. "Les gusta leer. En Siria solíamos tener muchas librerías y luego todo cambió. Estas personas se mudaron de Siria y sus vidas son diferentes aquí, tienen que trabajar muchas horas. Al realizar este proyecto contribuimos . . . pueden leer".
Por Charlie Dunmore y Edith Champagne
Gracias a la Voluntaria en Línea Violeta Chávez por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.