El feliz retorno de los refugiados centroafricanos tras años en el exilio

Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, saluda a un cuarto grupo de personas refugiadas que retornan a la República Centroafricana.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, saluda a una refugiada que retornan a Bangui (República Centroafricana).
© ACNUR/Adrienne Surprenant

Fue el trayecto en barco más feliz que nunca harán. Los pasajeros iban cantando alegremente desde el momento en que la lancha partió del muelle en la República Democrática del Congo.


A bordo, 200 personas refugiadas que regresaban a casa del otro lado del río Ubangui rumbo a la República Centroafricana (RCA) por primera vez en seis años.

Huyeron de la violencia y de los brotes de conflicto civil que surgieron en 2013.

Ahora emprendían el camino de regreso gracias a un acuerdo de repatriación voluntaria firmado en julio entre los gobiernos de ambos países y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Cantaban canciones de agradecimiento y esperanza. “Adiós RDC, gracias ACNUR… República Centroafricana, mi hermoso país”.

“Me siento muy bien”, dice Marie Josephat Bemba, de 51 años. Junto con los cinco miembros de su familia, se convirtió en refugiada en 2013. “Y estoy orgullosa. Mi corazón está lleno de alegría porque vuelvo a mi país”.

“Estoy orgullosa. Mi corazón está lleno de alegría porque vuelvo a mi país”

En el puerto de Bangui, capital de la RCA, los esperaba Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Se trata de la cuarta repatriación voluntaria en las últimas dos semanas, con las que 1.400 personas refugiadas han retornado a casa desde su exilio en República Democrática del Congo.

Grandi habló de una alegría compartida, porque al volver a pisar su país dejaban de ser personas refugiadas. Para esto es para lo que lucha ACNUR. Su retorno es señal de confianza y de valor.

  • Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, habla con personas refugiadas que retornan a Bangui (República Centroafricana).
    Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, habla con personas refugiadas que retornan a Bangui (República Centroafricana). © ACNUR/Adrienne Surprenant
  • Una barca con más de 200 repatriados voluntarios a bordo procedentes de República Democrática del Congo llega a Bangui (República Centroafricana).
    Una barca con más de 200 repatriados voluntarios a bordo procedentes de República Democrática del Congo llega a Bangui (República Centroafricana). © ACNUR/Adrienne Surprenant
  • Repatriados voluntarios saludan cuando la barca que los lleva de vuelta a la República Centroafricana abandona el puerto de Zongo (República Democrática del Congo) el pasado 21 de noviembre.
    Repatriados voluntarios saludan cuando la barca que los lleva de vuelta a la República Centroafricana abandona el puerto de Zongo (República Democrática del Congo) el pasado 21 de noviembre. © ACNUR/Adrienne Surprenant
  • La repatriada Marie Josephat Bemba (izq.) sonríe al llegar a Bangui con sus hijas y su nieta.
    La repatriada Marie Josephat Bemba (izq.) sonríe al llegar a Bangui con sus hijas y su nieta. © ACNUR/Adrienne Surprenant
  • Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (der.), escucha a personas refugiadas repatriadas en la República Centroafricana.
    Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (der.), escucha a personas refugiadas repatriadas en la República Centroafricana. © ACNUR/Adrienne Surprenant

Pero Grandi dijo que todos debíamos ser realistas.

“En este momento en el que vemos a muchas personas refugiadas que retornan, debemos recordar que sigue habiendo en este país muchas personas desplazadas internas: también ellas merecen nuestra ayuda”, dijo.

“Debemos recordar que sigue habiendo muchas personas desplazadas internas […] y también ellas merecen nuestra ayuda”

“También hay cientos de miles de personas refugiadas al otro lado de este río, así como en la República del Congo, Camerún, Chad y otros países que siguen necesitando una solución duradera”.

Se estima que existen más de 600.000 personas refugiadas procedentes de la RCA y al menos otras 600.000 desplazadas internas, en un país que tiene menos de 4,7 millones de habitantes. Eso quiere decir que más de un cuarto de la población ha huido de sus hogares y ciudades, y en la mayoría de los casos se trata de mujeres, niños y niñas.

En los tres últimos años ACNUR ha apoyado el retorno de 13.500 personas y se estima de otras 127.000 han regresado de manera espontánea.

“Volvimos para ayudar al país”, dice Reno Mauwina. Es ingeniero civil y cabeza de una familia de siete miembros que huyó de los desórdenes públicos en los alrededores de Bangui en 2013. Dos de sus hijos nacieron en el exilio.

“Ahora el gobierno tiene que trabajar para integrarnos en los diferentes sectores a los que podemos aportar algo”.

Las personas refugiadas repatriadas reciben transporte y un paquete de regreso que contiene raciones de alimento para tres meses, efectivo y enseres domésticos básicos como ayuda inicial una vez que estén de vuelta en la RCA.

La felicidad de Mauwina contrastaba con su preocupación. “Temo que la situación que desestabilizó al país pueda producirse de nuevo. No tendríamos fuerza para volver a enfrentarnos otra vez a ello. Esperemos que nuestros hijos regresen a un ambiente de paz”.

Pero para la mayoría la felicidad fue plena al volver a la capital de un país del que la gente ya no huye.