El Alto Comisionado de las celebra la apertura de Zambia hacia las personas refugiadas
Con ocasión de una visita de dos días de duración, Filippo Grandi elogia a la nación africana por su generosidad con las personas refugiadas y exige un mayor apoyo humanitario y de desarrollo.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, se reúne con personas refugiadas congoleñas en un espacio seguro para niñas en el asentamiento de Mantapala (Zambia).
© ACNUR/Will Swanson
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, exigió un mayor apoyo humanitario y de desarrollo para Zambia, donde fue testigo presencial de las políticas progresistas que el país ha adoptado en materia de integración, con ocasión de una visita de dos días de duración.
“Seguiremos invirtiendo en intervenciones urgentes de corta duración, pero esto debe venir acompañado de un apoyo internacional a más largo plazo que permita a las personas refugiadas y a las comunidades locales beneficiarse de oportunidades económicas e impulsar las infraestructuras y los servicios locales”, dijo Grandi, que se reunió con líderes gubernamentales, agencias socias, donantes, personas refugiadas y sus comunidades de acogida con ocasión de su misión, que finalizó el viernes.
Durante su estancia en la capital, Lusaka, el Alto Comisionado se reunió con el Presidente Edgar Chagwa Lungu y reafirmó el compromiso de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) con la defensa de recursos adicionales para apoyar la respuesta del país para los refugiados.
Grandi indicó que, al asumir el modelo de respuesta integral para los refugiados que plantea el Pacto Mundial sobre los Refugiados, Zambia había demostrado una verdadera solidaridad con las personas obligadas a huir de la guerra, el conflicto y la persecución. En concreto, agradeció al Presidente y al pueblo zambiano por los pasos que se habían dado hacia la integración local de personas refugiadas de origen angoleño y ruandés.
“El pueblo de Zambia es muy pacífico y generoso”.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados intervino también en la V Conferencia de Ministros Africanos Responsables del Registro Civil acerca de la importancia de la documentación y el registro de personas refugiadas y solicitantes de asilo, así como sobre la lucha para acabar con la apatridia, en especial en un momento en que el mundo vive niveles crecientes de desplazamiento.
Grandi destacó los compromisos para acabar con la apatridia adoptados por distintos países en la reunión anual del Comité Ejecutivo de ACNUR, celebrado este mes en Ginebra.
“Veinte estados africanos, entre ellos Zambia, han adoptado compromisos relativos a la mejora de los sistemas de registro de nacimientos. Creo que estamos avanzando en la dirección correcta y espero que esta conferencia suponga una oportunidad para seguir debatiendo cómo convertir estos compromisos en una realidad”, añadió.
Grandi se dio cita con partes interesadas gubernamentales, países donantes, agencias de las Naciones Unidas, ONG socias y personas refugiadas en un foro en el que se debatió la implementación del Pacto Mundial sobre los Refugiados, un marco adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el año pasado que aspira a un reparto más predecible y equitativo de la responsabilidad.
Hassan Abdi, refugiado de una zona urbana que asistió al foro, compartió su experiencia de vida en la capital que ha sido su hogar durante casi 30 años.
“Me fui de Somalia porque no era seguro. Encontré una oportunidad aquí y he sido feliz. No me arrepiento de venir a Zambia”, dice Hassan, de 58 años, que huyó de su país en 1990.
Este padre de ocho hijos gestiona varios negocios a las afueras de Lusaka, desde un lavado de coches y servicios de transporte, hasta una panadería y un restaurante; da empleo a 15 zambianos. Cree que su éxito empresarial se debe al entorno pacífico y propicio del país, ya que pudo solicitar un permiso que le autoriza a comerciar en la ciudad.
“El pueblo de Zambia es muy pacífico y generoso. Eso es lo que ha posibilitado que yo haga negocios aquí”, explica. “Soy proveedor de empleo y pago impuestos, y es una sensación muy buena poder aportar algo a este país”.
Hassan cree que, con un apoyo continuo y una mejor documentación, él y otras personas refugiadas podrían hacer más cosas.
Antes de visitar Zambia Grandi pasó dos días en Sudáfrica, donde expresó su apoyo al Gobierno y a las personas refugiadas.
Durante una visita al asentamiento de refugiados de Mantapala, al norte de Zambia, el Alto Comisionado se reunió con personas refugiadas y con la comunidad zambiana de acogida y visitó algunas de las instalaciones que comparten, como una clínica, una escuela primaria, un mercado y un espacio seguro para mujeres y niñas.
“No deberíamos olvidar nunca que cuando las personas refugiadas llegan a un país como Zambia, el primer impacto lo reciben las comunidades locales”, dijo.
En el mercado, pudo hablar con varios comerciantes que compartieron su experiencia trabajando y viviendo codo con codo.
Mukea Chungu, vendedora de la ciudad de Pweto, en la provincia de Katanga (República Democrática del Congo), tiene un pequeño puesto de alimentos en el mercado donde vende tomates, cebollas y otros productos frescos. Puso en marcha este negocio con el capital que recibió a través del programa de medios de vida de ACNUR.
“Me gustaría que la ayuda que yo tuve pudiera llegar a más personas”.
“Ahora tengo una buena vida gracias a la asistencia que me dieron. Puedo comprar ropa para mis hijos y pagar facturas”, añade Mukea, que gana 200 kwachas zambianos (unos 20 dólares dólares) al día. “Me gustaría que la ayuda que yo tuve pudiera llegar a más personas”.
Unos metros más allá de su puesto se encuentra el pequeño y ordenado restaurante de Jane, una mujer zambiana. Abrió las puertas del restaurante el pasado mes de enero, con la llegada de personas refugiadas congoleñas.
“Cuando vi que llegaban personas refugiadas, localicé un espacio en el mercado donde montar un restaurante porque nadie más estaba dedicándose a esto”, nos cuenta. “No habría conseguido ponerlo en marcha si no fuera por ellos, porque no tendría clientes”.
Zambia acoge en la actualidad a más de 84.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo en los asentamientos de Meheba, Mayukwayukwa y Mantapala, junto con las personas refugiadas que viven en la zona urbana de Lusaka. La mayoría proceden de la República Democrática del Congo, Angola, Ruanda, Burundi y Somalia.
La inclusión económica de las personas refugiadas será uno de los temas que se discutirá en el Foro Mundial sobre los Refugiados, una reunión de alto nivel que se celebrará este año en Ginebra. Estados, el sector privado y otros actores anunciarán contribuciones de alto impacto que darán a las personas refugiadas la oportunidad de utilizar y seguir desarrollando sus destrezas, así como de contribuir al crecimiento económico de sus comunidades de acogida.