Erbil cosecha los beneficios de permitir que los refugiados sirios prosperen
La elección de la ciudad iraquí de acoger a personas refugiadas y mantener los mercados laborales abiertos ha beneficiado tanto a los sirios como a los locales, dice el gobernador local.
El Dr. Mohammed Issa (izquierda), de 33 años, de Al-Hasakah, al norte de Siria, visita a una paciente en el campamento de Darashakran, cerca de la ciudad de Erbil, capital de la región de Kurdistán Iraquí.
© ACNUR/Claire Thomas
Conduciendo a través del campo a las afueras de Erbil, en la región de Kurdistán, al norte de Irak, en su camino para ver a los pacientes en un campamento cercano para refugiados sirios, el Dr. Mohammed Issa se muestra tranquilo con el hecho de que las tarifas que recibe apenas cubren los costos de su combustible.
“El dinero es el último de mis objetivos”, dijo. “Quiero ayudar a los sirios tanto como pueda. No pueden darse el lujo de venir a verme, son pobres. Hago visitas a domicilio porque no puedo permitir que una persona pobre pague un viaje en taxi a la ciudad”.
Él es un médico general que ahora se enfoca en terapia física, hace visitas a domicilio, en su mayoría a adultos mayores sirios, después de una mañana de citas en una clínica privada en Erbil. Masajea suavemente los pies y las piernas de sus pacientes antes de guiarlos a través de ejercicios que los alienta a realizar cada día hasta su próxima visita.
Lo que hace que estas relaciones particulares entre médicos y pacientes sean inusuales es que Mohammed también es un refugiado del prolongado conflicto en Siria. El poder practicar la medicina como refugiado, dice, es un testimonio de la apertura de la ciudad a la que ha llamado su hogar desde que huyó de Al-Hasakah, al noreste de Siria, con su familia en 2014.
“La ciudad nos acogió”.
A diferencia de muchas comunidades de acogida en todo el mundo que imponen restricciones estrictas a los empleos disponibles para los refugiados, los sirios que viven en Erbil y en otras partes de Kurdistán Iraquí tienen la libertad de trabajar, siempre que cuenten con calificaciones reconocidas si es necesario.
“La ciudad nos acogió”, explicó Mohammed. “Facilitaron la emisión de permisos de residencia... [y] permitieron que todos trabajaran”.
La región del Kurdistán alberga a casi todos los 250.000 refugiados sirios que viven actualmente en Irak. Alrededor de la mitad de ellos vive en la provincia de Erbil, con muchos de ellos rondando hacia su capital del mismo nombre, la ciudad más grande de la región y un bullicioso centro económico que irradia hacia afuera desde la antigua e imponente ciudadela situada en su centro.
Alrededor del 60% de los 25,4 millones de refugiados del mundo no viven en campamentos, sino en ciudades y zonas urbanas de América, Europa, Medio Oriente, África y Asia.
Alcaldes, autoridades locales, empresas sociales y grupos de ciudadanos están en la primera línea de la respuesta mundial para los refugiados, fomentando la cohesión social y protegiendo y ayudando a los hombres, mujeres y niños desplazados por la fuerza.
Erbil forma parte de una creciente red global de municipios que están optando por acoger a los refugiados y las oportunidades que traen con ellos. Desde São Paulo hasta Viena, estas Ciudades de la Luz dan esperanza a los más vulnerables del mundo al ofrecerles protección y la oportunidad de convertirse en parte del tejido social.
Los días 18 y 19 de diciembre, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, será el anfitrión del undécimo evento del Diálogo del Alto Comisionado en Ginebra, que este año se centra en el papel de las ciudades en la protección de los desplazados en zonas urbanas.
“Trajeron nuevas culturas, nuevas ideas, enriqueciendo la ciudad de diferentes maneras”.
El gobernador de la provincia de Erbil, Nawzad Hadi Mawlood, dijo que la decisión de acoger a los refugiados sirios fue impulsada principalmente por preocupaciones humanitarias. Pero al permitirles moverse y trabajar libremente, la ciudad y su gente se habían beneficiado de formas que no habrían sido así si se hubieran restringido solo a los campamentos.
“Los que están en los campamentos viven de la asistencia que reciben, pero los que están afuera dependen de sí mismos”, dijo. “No hay restricciones o limitaciones para que los refugiados trabajen. Son como cualquier otro ciudadano que vive en Erbil”.
“Estas son personas calificadas que trabajaron en varios sectores en Siria”, continuó. “Fueron un valor agregado a nuestros talentos, trajeron nuevas culturas, nuevas ideas, enriqueciendo la ciudad de diferentes maneras. Pensé que era positivo. Es cierto que hubo competencia, pero no hubo resistencia por parte de la población local”.
El enfoque abierto de la ciudad fue en parte forjado por su larga experiencia de acogida de un gran número de recién llegados. Además de acoger a más de 120.000 refugiados sirios, la provincia de Erbil también alberga a más de 600.000 iraquíes desplazados de otras partes del país por años de violencia e inseguridad.
Un claro beneficiario de este enfoque, el Dr. Mohammed Issa dice que las políticas de Erbil le han sido mucho más beneficiosas que cualquier asistencia humanitaria tradicional. Él ha podido mantenerse a sí mismo y a su familia, sin la pérdida de identidad y estatus que tantos refugiados alrededor del mundo experimentan.
“La ayuda no necesita ser material”, dijo. “Si no me ayudas financieramente pero me permites moverme y trabajar libremente, me irá bien. Si no pudiera trabajar, no podría vivir aquí, tendría que volver a Siria”.