La violencia en espiral pone en riesgo a millones de personas en el este de la República Democrática del Congo golpeado por el ébola
El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se muestra alarmado por el reciente aumento de la violencia en la ya volátil provincia de Kivu del Norte, en República Democrática del Congo, que también se ha visto afectada por el ébola. El efecto acumulativo del conflicto y el estallido de la enfermedad mortal amenaza a millones de congoleses.
Los combates que involucran a una serie de grupos armados que operan en el área, se han intensificado en los seis territorios de Kivu del Norte, una provincia que colinda con Ruanda y Uganda. Miles de civiles han huido de las aldeas incendiadas, reportando ataques brutales. La situación humanitaria, que ya era precaria, se ha visto agravada por un brote del virus de ébola en partes de la provincia. La enfermedad ha matado a más de 60 personas y ha infectado a docenas más en las últimas semanas.
El desplazamiento forzado en esta parte del país continua siendo masiva. Se estima que más de un millón de personas se han desplazado en Kivu del Norte. Esta es la principal concentración de personas desplazadas internas en RDC. Solamente este año, alrededor de medio millón de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares.
ACNUR está particularmente preocupado por el deterioro de la situación en el territorio septentrional de Beni, afectado por el ébola. El área acoge a aproximadamente 1,3 millones de personas. El conflicto ha dejado a la población que vive allí virtualmente sitiada desde octubre de 2017. Los informes sobre el aumento de las violaciones de los derechos humanos y las restricciones al acceso humanitario son frecuentes. Se estima que más de 100 grupos armados están activos en la provincia, aterrorizando continuamente a la población. A pesar de una ofensiva militar a gran escala del ejército congolés contra uno de los principales grupos rebeldes, las Fuerzas Democráticas Aliadas desde enero, no ha habido ningún cese en la violencia.
A pesar de los desafíos de seguridad, un equipo de ACNUR pudo acceder al área norte de Beni a principios de este mes, y llevó a cabo una evaluación humanitaria en los distritos de Oicha y Eringeti. Los residentes le contaron a nuestro personal sobre los ataques brutales contra civiles que se llevaron a cabo con machetes. Las historias de masacres, extorsiones, desplazamientos forzados y otras violaciones de los derechos humanos son frecuentes.
La violencia sexual y de género es desenfrenada en todo el territorio de Beni. Muchos niños están siendo reclutados como niños soldados. La violencia es particularmente desenfrenada en el llamado "triángulo de la muerte", entre las ciudades de Eringeti, Mbau y Kamango, en la frontera de Uganda y la República Democrática del Congo, así como en las ciudades de Beni, Oicha y Mavivi.
Los equipos del ACNUR presenciaron aldeas vacías, innumerables casas incendiadas y abandonadas, así como automóviles quemados. Quienes huyeron encontraron seguridad principalmente en Beni y Oicha, donde tanto las comunidades de acogida como las desplazadas son víctimas de ataques brutales e impredecibles. La ciudad de Beni alberga a más de 32.000 personas desplazadas, y la mayoría se ve obligada a vivir con familias anfitrionas o en escuelas o iglesias. Más de dos tercios se han visto obligados a huir en los últimos tres meses.
Los equipos del ACNUR encontraron que las comunidades indígenas desplazadas vulnerables se encuentran en algunas de las situaciones más críticas. Expulsados de sus áreas de origen en los bosques, sus condiciones de vida en sitios improvisados son abismales. Las familias duermen mal, apenas protegidas de los elementos por sus débiles albergues. Tienen pocos o ningún medio de supervivencia, ya que ya no pueden cazar en los bosques, ahora bajo el control de los grupos armados. Existe un riesgo real de que estas personas pierdan su cultura y forma de vida.
ACNUR está ampliando su capacidad en Kivu del Norte para responder a las crecientes necesidades humanitarias. Estamos organizando albergues de emergencia adicionales y otra asistencia humanitaria para satisfacer las necesidades de los desplazados en Beni. Si bien la respuesta humanitaria del ACNUR continúa a pesar del brote de ébola, la situación de seguridad imperante y la drástica escasez de fondos obstaculizan seriamente nuestros esfuerzos. El llamado del ACNUR para la República Democrática del Congo es por un total de 201 millones de dólares, de los cuales solo se han obtenido el 17%.