Un innovador proyecto de Camerún beneficiará a las personas refugiadas y locales
Un programa financiado por el Banco Mundial está diseñado para proporcionar a los refugiados y residentes en áreas pobres un mejor sistema de salud, escuelas e infraestructura.
MBITI, Camerún - La derruida sala de partos en un pequeño centro de salud en el norte de Camerún no tiene electricidad y está justo al lado de un baño abandonado.
Las camas, destinadas a recibir madres jóvenes, están manchadas e inutilizables.
“Carecemos de todo: personal, medicinas, camas”, explica Paul Korke, el supervisor del centro en este destartalado pueblo fronterizo.
La clínica tiene solo dos médicos patrocinados por el estado para atender a las 30 a 50 mujeres y niños que usan el centro cada día, algunos residentes y otros refugiados que huyeron de la violencia en la vecina República Centroafricana.
La pobreza y el subdesarrollo en este pobre rincón de Camerún afectan tanto a los refugiados como a los residentes.
Por esta razón, el Banco Mundial, con el apoyo del ACNUR, está brindando apoyo específico para estas regiones subdesarrolladas que acogen refugiados para mejorar los servicios sociales básicos y la infraestructura, extendiendo las redes de seguridad social a los refugiados y residentes locales más vulnerables.
La Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco aprobó el mes pasado 274 millones de dólares en fondos específicos para ayudar a los más vulnerables a tener acceso a la atención médica, la educación y las "redes de seguridad social".
El paquete incluye una subvención de 130 millones de dólares. El país es el primero en beneficiarse de 2 mil millones en fondos específicos proporcionados por la AIF para apoyar a los países de bajos ingresos que acogen a un gran número de refugiados.
"Lo único que puedo hacer es escribir una nueva página todos los días en la pizarra".
"Estos recursos son fundamentales para apoyar al Gobierno en la prestación de servicios adecuados a los refugiados y sus comunidades de acogida", dijo Elisabeth Huybens, directora del Banco Mundial para Camerún.
"La mayoría de los refugiados viven lado a lado con los cameruneses en las regiones que ya son las más pobres y frágiles de Camerún, incluida la zona sujeta a los ataques de Boko Haram".
El financiamiento se destinará a cuatro proyectos, y los primeros desembolsos se realizarán antes de fin de año. Se destinará a mejorar los centros de salud, proporcionar nuevos equipos, financiación y capacitación para el personal, así como dinero para las escuelas para mejorar la calidad y cantidad de maestros, entre otras cosas, que se necesitan desesperadamente en comunidades mixtas como Mbiti en el municipio de Kette en que los refugiados representan la mitad de la población general.
A pocos pasos del agotado centro médico de la aldea fronteriza está ubicada la escuela primaria superpoblada. Hay 872 alumnos, en su mayoría niños refugiados, que estudian un total de cuatro clases.
Uno de los maestros, Florian, dirige una clase mixta de 172 alumnos, con pocos materiales de enseñanza: "No tenemos libros para los niños", dice. "Entonces, lo único que puedo hacer es escribir una nueva página todos los días en la pizarra".
Los fondos de desarrollo son especialmente necesarios en el país centroafricano, que ha desempeñado un papel clave en la protección y acogida de refugiados de diversas crisis y conflictos en la región volátil en los últimos años.
Paradójicamente, en el punto más alto de la crisis de Boko Haram en Nigeria y el desplazamiento de la República Centroafricana, la llegada de trabajadores humanitarios en Camerún ofreció a estas regiones pobres, incluidas comunidades como Mbiti, una segunda brisa. A medida que han descendido de la atención pública, los donantes se fueron retirando gradualmente y los fondos para ayudar a los refugiados escaseaban.
"Las necesidades son enormes, especialmente en términos de educación y salud".
En 2017, ACNUR recibió solo el siete por ciento del dinero necesario para ayudar a los más vulnerables, un déficit que ha afectado a programas esenciales como la clínica y la escuela primaria en Mbiti.
"Antes, recibíamos 40.000 francos CFA por mes (60 euros). Pero desde 2018, esto se ha reducido a 35.000 (53 euros) y acabamos de enterarnos de que se reducirá aún más a 22.000 francos CFA (33 euros) ", dice Florian, destacando sus menguantes recursos.
Las necesidades de las comunidades mixtas de refugiados y residentes persisten, pero no hay esperanzas de que los fondos humanitarios regresen a las regiones más necesitadas, dice Kouassi Etien, representante del ACNUR en Camerún.
"Es poco probable que logremos obtener el tipo de financiamiento que teníamos en el momento álgido de la emergencia. Sin embargo, estas poblaciones, refugiados y cameruneses por igual, necesitan apoyo ", dice Etien, enfatizando el importante papel de proyectos como éste anunciado por el Banco Mundial. "La emergencia debe dar paso al desarrollo para todos".
El programa aún tiene que desembolsar fondos a las áreas más necesitadas en el norte y este del país. A nivel local, las autoridades tienen grandes expectativas, entre ellas Michel Nada, el alcalde de Ngoura, una aldea a pocas millas de la frontera con la República Centroafricana, que ha recibido un gran número de refugiados en los últimos cuatro años.
"Muchos de ellos se han establecido en campamentos, pero la mayoría ha sido bien recibida en las comunidades locales", dice. "Hoy, las necesidades son enormes, especialmente en términos de educación y salud".
"Esperamos mucho de este apoyo dedicado que debería ayudar a mejorar las condiciones de vida de todos nuestros conciudadanos, refugiados y cameruneses.
Gracias a la Voluntaria en Línea Marina Boussi por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.