Sumitra

12 años | Nepal
Sumitra / 12 años / Nepal © UNHCR/I.Earp-Jones. Los recién llegados juegan al baloncesto en un centro de reasentamiento de refugiados en Auckland, Nueva Zelanda. Después de dos años en un centro de detención de Tailandia, Sumitra y su familia comenzaron una nueva vida en Nueva Zelanda a principios de este mes.

"Mis padres habían salido a la calle y me dijeron que limpiara y que cuidara de mis hermanas hasta que regresaran. Estaba barriendo cuando la policía llamó a la puerta y nos llevaron al Centro de Detención de Inmigrantes. También había una mujer de Sri Lanka, me dijo que cogiera algo de ropa y metí lo que pude en una pequeña bolsa. La policía detuvo a mis padres ese mismo día por la tarde.

Mi padre no estaba en la misma celda que nosotras. Éramos 400 mujeres y niños en una celda demasiado pequeña para tanta gente -estaba destinada para 150-. Los niños pequeños dormían la mayor parte del tiempo, pero no era fácil por el poco espacio y todos los que éramos. No era posible tumbarse, y nos dolía la espalda de dormir mal. Solo había 4 letrinas para todos. No sabíamos cuanto tiempo pasaríamos allí."

Sumitra  y su familia pasaron dos años retenidos a pesar de tener todos las cartas de protección de refugiados de ACNUR. Se fueron a Nueva Zelanda para comenzar una nueva vida bajo un programa de reasentamiento en terceros países de ACNUR.

Pocos se han puesto los zapatos de Sumitra, pocos han pasado dos años de su vida encerrados sin saber por qué. En Bangkok, la capital de Tailandia, viven 2.150 refugiados,  todos ellos con el temor de ser arrestados. Tailandia considera inmigrantes ilegales a todos los refugiados que no tengan en regla el visado o el pasaporte. La detención en estos centros es indefinida, a pesar de no haber cometido ningún crimen.