Refugiado iraquí en Siria
“Mi nombre es Amer Ibrahim, soy de Irak y tenía el sueño de convertirme en artista cuando me inscribí en la Facultad de Bellas Artes de Bagdad a mediados de los 90. Pero nunca pensé que lo haría como refugiado.
Cuando estalló la violencia sectaria en 2006 mi mujer y yo-matrimonio mixto entre suní y chií- empezamos a sufrir acoso por parte de bandas locales. Después de meses de ser desplazados internos, decidimos buscar asilo en Damasco. Vivíamos en un pequeño apartamento y tenía que pintar para ganarme la vida. Recuerdo el fuerte olor a pintura, pero esta era mi única fuente de ingresos, ya que los iraquíes tenemos prohibido trabajar legalmente en Siria. “
Amer forma parte de un colectivo de artistas iraquíes refugiados que cuentan con el apoyo de ACNUR desde 2007. ACNUR apoyó muchas exposiciones y los artistas exponían su trabajo frecuentemente en la oficina de ACNUR de Damasco.
AMER Ibrahim y su familia estaban entre los 9.400 refugiados iraquíes que han sido reasentados en Estados Unidos. Dejan atrás tres años viviendo con miedo y miseria en un guetto de Damasco. Están esperanzados con la nueva vida que comienzan.