Refugiados somalíes que huyeron de la violencia de Libia hacia Túnez.
"Yo deseaba que el bebé estuviera con nosotros, pero no podía ni comprarle leche. Por eso la envié de vuelta. Desde entonces vivo triste sin ella. No pasa un día en el que no me despierte pensando en mi bebé y me preocupe por ella.
Temo por mi familia. Temo por mi hija. ¡De verdad!. Temo que si vuelvo a Mogadiscio, me matarán."
La decisión más difícil de este refugiado somalí fue la de mandar de vuelta a Somalia a su hija, no podía mantenerla. La violencia en Somalia obligó a Omar a abandonar su país hace 4 años. Su madre le dijo que por ser el mayor debería marcharse al extranjero para trabajar y poder encontrar una solución para la familia. Omar llegó con su mujer a Trípoli. Sin embargo, los mensajes que se lanzaban de que los africanos subsaharianos eran mercenarios que luchaban contra los libios, les convirtió en posibles objetivos. Tuvieron que volver a huir. Ahora los dos se encuentran en el campo de tránsito de Choucha y comparten una tienda con otra familia.
ACNUR está organizando campamentos en la frontera libio-tunecina y ofrece asesoría a las personas que llegan para intentar encontrarles una solución, o bien reasentarles en terceros países o ayudarles en un campamento de otro país. ACNUR insta para que las personas que huyen del conflicto puedan hacerlo en condiciones de seguridad.