Los refugiados sirios se enfrentan a un duro invierno debido a la falta de fondos
ACNUR necesita 270 millones de dólares para garantizar que los sirios más vulnerables que han sido desarraigados por la guerra no se vean privados de protección y asistencia este año.
Una joven refugiada siria trata de reforzar las lonas de plástico que cubren su tienda con bolsas de arena mientras sopla el viento en un asentamiento informal en Minyara, en el norte de Líbano.
© ACNUR
Mientras se prepara para otro invierno fuera de su hogar, el refugiado sirio Radwan enfrenta el desafío inmediato de cómo mantener a su familia seca.
“El invierno es muy duro aquí. Cuando llueve, nuestras casas se inundan”, dice.
Radwan se encuentra entre los millones de sirios desarraigados por la guerra que enfrentan dificultades cada vez más profundas debido a que el déficit de financiación amenazan el trabajo vital de socorro del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados y sus socios.
En general, más de 5,6 millones de sirios están registrados como refugiados en esta región, de los que 2,6 millones son menores de edad, expulsados de sus hogares por un conflicto que se encuentra en su octavo año. Y las necesidades de las familias son enormes. Sin apoyo, las personas recurren a medidas desesperadas como no contar con albergue adecuado, atención médica o educación.
En estos momentos, para que ACNUR pudiera seguir llevando a cabo programas básicos de ayuda en Turquía, el Líbano, Jordania, Irak y Egipto hasta finales de año harían falta 196,5 millones de dólares. Aquí se engloba asistencia económica en efectivo, protección, sanidad y cobijo.
Además de estos fondos para los refugiados, ACNUR está solicitando otros 73 millones de dólares para ayudar a cubrir las necesidades más urgentes de las personas que se encuentran desplazadas internamente en Siria. En lo que va de año, cientos de miles de personas han sido víctimas de desplazamiento forzoso, y muchas de ellas dependen ahora de la ayuda humanitaria para poder satisfacer las necesidades básicas cada día.
“Nuestros hijos necesitan atención médica, medicamentos, leche, pero no podemos pagar eso”.
El financiamiento adicional permitiría al ACNUR ampliar rápidamente las actividades en sectores clave como la protección, la vivienda y la provisión de ayuda básica, ayudando a hasta 1,8 millones de personas.
Parte de los fondos que se necesitan con urgencia tanto para Siria como para los países vecinos se destinarán a los preparativos para enfrentar el invierno, asegurando que las familias en situación más vulnerable reciben ayuda adecuada antes de la llegada del frío. Estimamos que hay 1,3 millones de refugiados en situación vulnerable que necesitan ayuda urgente para pasar el invierno cuyo coste asociado es de 96 millones de dólares.
Para evitar que el programa de ayuda económica en efectivo tenga que cerrarse a partir del mes de noviembre, hacen falta 44 millones de dólares (sobre el total de 270 millones). Suprimir este programa tendría unas consecuencias nefastas para las familias refugiadas en el Líbano y Jordania donde el 68% y el 85% de ellas respectivamente, viven bajo el umbral de la pobreza. La financiación ayudaría a que 456.000 refugiados puedan seguir pagando el alquiler de sus hogares, a cubrir sus necesidades diarias y a mantener el acceso a servicios básicos como la sanidad.
“Financieramente estamos desesperados”, dice Radwan, quien está luchando por proporcionar incluso lo esencial para su familia. “Estamos en deuda con la tienda de comestibles. Nuestros hijos necesitan atención médica, medicamentos, leche, pero no podemos pagar eso”.
Se necesitan 36 millones adicionales para afrontar el alza de los precios en materia de sanidad. Si no se recibe nuevos fondos, se corre el riesgo de que las familias refugiadas no puedan recibir atención médica básica, como las vacunas para sus hijos. Si se cuenta con la financiación solicitada, se garantizarían las ayudas a este respecto para unos 35.000 refugiados sirios de la región en situación de mayor vulnerabilidad, particularmente en Jordania y el Líbano.
También se necesitan fondos urgentes para mantener las actividades de protección más esenciales en toda la región, incluido el apoyo a la documentación civil, las actividades de protección infantil, la prevención y respuesta a la violencia sexual y por motivos de género, y asistencia legal. Otras prioridades incluyen la mejora de las condiciones en el alojamiento por debajo del estándar, así como el apoyo a los medios de vida, la autosuficiencia y la resiliencia entre los refugiados.
Gracias al apoyo de donantes del sector estatal y privado, ACNUR hasta ahora ha podido brindar una respuesta humanitaria ininterrumpida. El desembolso rápido de los compromisos existentes, así como el financiamiento adicional, es esencial para gestionar una respuesta de esta escala de manera flexible y oportuna en el futuro.
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