Mujer irlandesa organiza un programa comunitario para ayudar a personas refugiadas
Una mujer irlandesa lanzó el piloto del primer programa de patrocinio del país para ayudar a acoger a personas refugiadas en la comunidad de su pequeño pueblo.
Nola Leonard (segunda desde la derecha) da la bienvenida a la familia siria (desde la izquierda), Angham, Lorca y Zuheir Fakir, a su nueva ciudad, Dunshaughlin, Condado de Meath.
© ACNUR/Seamus Farrelly
Fue algo más que el goteo de las noticias lo que incitó a Nola Leonard a tomar medidas para ayudar a los refugiados en su país de origen, Irlanda. A través de su fe, se inspiró para hacer una diferencia en su pequeña ciudad de Dunshaughlin, al norte de Dublín, por un llamado global del Papa.
“Tenía la idea desde hacía mucho tiempo. La terrible situación de los refugiados sirios y todas las personas en el Mediterráneo, no soportaba escuchar una noticia más al respecto”, dijo ella.
“Después leí sobre el Papa Francisco…que acogió a una familia siria en el Vaticano e hizo un llamado a cada parroquia en el mundo para que acogiera a una familia refugiada. Eso fue poco antes de la visita del Papa a Irlanda (2018) y pensé, así podría ayudar”.
“Pensé, así podría ayudar”.
Seis meses después, su ciudad se convirtió en la primera en lanzar un programa piloto que brinda una plataforma a las ciudades y los pueblos irlandeses para patrocinar a familias refugiadas. El Gobierno lanzará su Programa de Patrocinio Comunitario el miércoles, con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. El programa pretende asentar a un mínimo de 50 personas para septiembre, y la investigación realizada en otros países muestra que el programa ayuda a integrar a los refugiados con éxito.
En los modelos tradicionales de reasentamiento de refugiados, los estados brindan servicios de asentamiento e integración directamente a los refugiados. Bajo el nuevo esquema, grupos privados de ciudadanos son la cara de bienvenida para los recién llegados. Los patrocinadores se comprometen a brindar apoyo financiero, emocional y de asentamiento para ayudar a los recién llegados a integrarse a sus nuevas comunidades.
Una vez que Nola inició, ella se dio cuenta de que muchas otras personas de la comunidad querían ayudar a los refugiados.
“Muchos mostraron su apoyo”, dijo ella. “Una persona ofreció un apartamento, otra escribió los horarios de los autobuses para un folleto informativo que incluía además, información sobre dónde comprar comida árabe y dónde buscar empleo. Había una tarea para todos, y todos asumieron su tarea”.
Las empresas locales ofrecieron apoyo financiero mientras se formó el comité de patrocinio.
“Cuando mi esposa dijo que estaban pensando en ayudar a una familia, yo realmente quise ayudar”, dijo Colm O’Connor. Él trabajó en Medio Oriente en la década de 1960. Una vez estaba conduciendo por el norte de Siria cuando un amigo se enfermó con malaria. Una familia local insistió en acogerlo en su hogar hasta que su fiebre bajara.
“Las únicas imágenes que veíamos eran de destrucción. Pero yo solo podía recordar la humanidad y el contacto personal que había salvado a mi amigo. Eso me motivó a siempre pensar en las personas y no necesariamente en la política”.
En diciembre pasado, Irlanda, junto con 180 Estados Miembro de la Asamblea General de la ONU, votaron un nuevo marco internacional, conocido como el Pacto Mundial sobre Refugiados, que transformará el modo en el que el mundo da respuesta a los desplazamientos masivos y las crisis de refugiados. Una meta es el fortalecimiento de la respuesta internacional para los refugiados al mejorar la responsabilidad compartida, incluyendo más reasentamiento y otras oportunidades para que los refugiados viajen en seguridad.
“El establecimiento de este nuevo programa en Irlanda, y la llegada de la primera familia, dan un poderoso ejemplo a otros estados que buscan cumplir la visión del Pacto Mundial sobre Refugiados”, dijo Enda O’Neill, Jefa de la Oficina de ACNUR en Irlanda.
“El reasentamiento siempre ha desempeñado un papel fundamental al ofrecer protección y una solución a algunos de los refugiados más vulnerables del mundo identificados por ACNUR. También se trata de aliviar la presión sobre los países en desarrollo que albergan a la mayoría de los refugiados del mundo. De esta manera, el reasentamiento y otras vías, como el patrocinio de la comunidad, son una muestra de solidaridad y responsabilidad compartida en todos los niveles de la sociedad”.
“Tantas personas me apoyaron”.
En diciembre, la comunidad de Dunshaughlin dio la bienvenida a la familia Fakir, sirios que vivían en el Líbano.
“Hasta el momento en que aterrizamos, no sabíamos qué esperar”, dice Zouheir Fakir. “Pero... Nola y los otros miembros del Grupo de la Comunidad nos esperaban fuera del avión y comenzamos nuestra nueva vida”.
Como productor de televisión, Zouheir trabajó en muchos programas de televisión populares en el Medio Oriente, incluyendo Talk of the Town y programas de entretenimiento como la versión árabe del conocido programa francés Taratata. Sin embargo, la situación se estaba volviendo cada vez más difícil ocho años después del inicio del conflicto.
“Siento la libertad por primera vez en mi vida... Siento que estamos comenzando nuestras vidas como nuevas personas”, dice.
Fiona Finn es directora ejecutiva de Nasc, una ONG irlandesa que trabaja como organización de apoyo regional para las comunidades que desean participar en el patrocinio. Esta ayudó a preparar a las personas en Dunshaughlin, construyendo un plan de reasentamiento y mostrando a la comunidad cómo navegar por los elementos burocráticos, como la obtención de permisos de residencia.
“Todos los apoyos ya están en su lugar, incluidas sus necesidades de educación y vivienda. Ya se sienten parte de la comunidad”, dice.
Para Nola, involucrarse ha abierto la posibilidad de cambiar algo más que las vidas de los refugiados. También ha cambiado su propia vida.
“Estoy muy feliz. Estoy muy orgullosa en realidad. Creo que es probablemente una de las mejores cosas que he hecho”, dice ella.