Madrid busca convertirse en ciudad de acogida para refugiados

Alí y su familia, que han vivido cinco años como refugiados en el Líbano, rehacen ahora su vida en España.

Alí y su familia, de Siria, llegaron a Madrid hace apenas tres meses y todavía se están acostumbrando a la cocina española. En la popular chocolatería madrileña de San Gines de Madrid, prueban la especialidad local, churros con chocolate caliente. "Esta antigua cafetería me hace sentir nostalgia por los cafés de mi ciudad natal, Alepo", explica Ali, que huyó de Siria hace 7 años.
© ACNUR/UNHCR

Junto a sus tres hijos mayores, Alí saborea por primera vez una de las delicias típicas españolas, el chocolate con churros. Desde el rinconcito de San Ginés, una emblemática cafetería madrileña, observan cómo la cola para entrar en el establecimiento da la vuelta a la esquina. Mientras degusta este manjar y el aromático cacao, su mente le transporta hasta su Siria natal, de la que salió en 2012, huyendo de la guerra.


“Este lugar me recuerda a los cafés de Alepo, mi ciudad,  que era famosa por su casco antiguo y su mercado”, explica orgulloso Ali. “Es la primera vez que pruebo los churros, me encantan y la verdad es que me siento como en casa, el ambiente, la decoración… “, recuerda, paseando la mirada por el establecimiento y observando el ritmo frenético de los camareros atendiendo las mesas.

Antes de llegar a España, Ali y su familia vivieron varios años como refugiados en el Líbano  desde donde fueron reasentados a España. Por diversas circunstancias, la familia salió de España al poco de llegar y regresaron hace unas semanas. Han estado alojados en un centro de acogida de emergencia en la capital, gestionado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR),  que el Ayuntamiento de Madrid puso a disposición para dar acogida a solicitantes de asilo y refugiados de forma provisional a la espera de que se identifique un alojamiento bajo el sistema nacional de asilo.

El centro, que hasta 2015 había sido un albergue para jóvenes con 128 plazas, fue empleado por el Ayuntamiento de Madrid para poder responder a las acuciantes necesidades de alojamiento derivadas del incremento de solicitantes de asilo y refugiados que llegaban a la capital española, en ausencia de otros recursos del sistema nacional.

“Multiculturalidad y diversidad son valores que necesitamos y queremos para nuestra ciudad”

Este recurso de acogida es una de las diversas iniciativas de la Ciudad de Madrid ha puesto en marcha para ayudar a este colectivo, conscientes del papel que las municipalidades pueden jugar en el ámbito de la acogida e integración de estos nuevos vecinos. “la multiculturalidad y la diversidad son valores que necesitamos y que queremos para conformar nuestra ciudad”, explica Marta Higueras, Primera Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Madrid. “Queremos que todas las personas que están buscando este destino para rehacer sus vidas encuentren en Madrid una ciudad de acogida, una ciudad de abrazo que les ayude a incorporarse a una vida normalizada”.

Madrid es una de las más de 130 ciudades que se han sumado a la coalición #ConLosRefugiados (#WithRefugees). Al igual que otras ciudades españolas, la metrópoli está comprometida con la integración de los nuevos residentes, dispuesta a poner en valor y aprovechar sus contribuciones a la sociedad y abierta a promover el acercamiento de las diversas comunidades a través de políticas de corte inclusivo.

  • Shady toca con un piano donado a su familia, en un centro de alojamiento de emergencia para refugiados y solicitantes de asilo donde vive con su familia. Shady ha comenzado a ir a la escuela, donde podrá aprender español.
    Shady toca con un piano donado a su familia, en un centro de alojamiento de emergencia para refugiados y solicitantes de asilo donde vive con su familia. Shady ha comenzado a ir a la escuela, donde podrá aprender español. © ACNUR/UNHCR
  • AlÍ y su familia son refugiados sirios, de Alepo. Llegaron a Madrid hace tres meses. Su hija Marwa de 8 años abre encantada una caja de juguetes y ropa, donada por una familia española. "La gente aquí realmente nos ayuda, desde la dirección del centro hasta los trabajadores. En cuanto a los papeles, me ayudan a entenderlos, si necesito un traductor, me dan uno, me ayudan, no dejan a la gente sola," explica Alí.
    AlÍ y su familia son refugiados sirios, de Alepo. Llegaron a Madrid hace tres meses. Su hija Marwa de 8 años abre encantada una caja de juguetes y ropa, donada por una familia española. "La gente aquí realmente nos ayuda, desde la dirección del centro hasta los trabajadores. En cuanto a los papeles, me ayudan a entenderlos, si necesito un traductor, me dan uno, me ayudan, no dejan a la gente sola," explica Alí. © ACNUR/UNHCR
  • Sham, recién nacida, duerme en un centro de alojamiento de emergencia para solicitantes de asilo y refugiados en Madrid, España.
    Sham, recién nacida, duerme en un centro de alojamiento de emergencia para solicitantes de asilo y refugiados en Madrid, España. © ACNUR/UNHCR
  • Alí y su familia, de Siria, llegaron a Madrid hace apenas tres meses y todavía se están acostumbrando a la cocina española. En la popular chocolatería madrileña de San Gines de Madrid, prueban la especialidad local, churros con chocolate caliente. "Esta antigua cafetería me hace sentir nostalgia por los cafés de mi ciudad natal, Alepo", explica Ali, que huyó de Siria hace 7 años.
    Alí y su familia, de Siria, llegaron a Madrid hace apenas tres meses y todavía se están acostumbrando a la cocina española. En la popular chocolatería madrileña de San Gines de Madrid, prueban la especialidad local, churros con chocolate caliente. "Esta antigua cafetería me hace sentir nostalgia por los cafés de mi ciudad natal, Alepo", explica Ali, que huyó de Siria hace 7 años. © ACNUR/UNHCR
  • Shady y su Hermana Marwa son refugiados sirios; antes de llegar a España, vivieron durante más de 5 años en los campamentos del Líbano. Ahora, con el apoyo del ayuntamiento de Madrid y de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR),tienen posibilidad de rehacer sus vidas.
    Shady y su Hermana Marwa son refugiados sirios; antes de llegar a España, vivieron durante más de 5 años en los campamentos del Líbano. Ahora, con el apoyo del ayuntamiento de Madrid y de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR),tienen posibilidad de rehacer sus vidas.  © ACNUR, UNHCR
  • Es la primera navidad que están viviendo juntos, en su país de acogida; los hijos de Alí estan aprendiendo canciones tradicionales españolas.
    Es la primera navidad que están viviendo juntos, en su país de acogida; los hijos de Alí estan aprendiendo canciones tradicionales españolas.  © ACNUR/UNHCR

Además de un techo, los residentes del centro reciben comida caliente, materiales de aseo, tienen clases de español  actividades en la zona y acceso a servicios básicos, como la atención médica.

Esta última es precisamente la que más necesitan Alí y su familia, ya que hace poco dieron la bienvenida a un nuevo miembro, la pequeña Sham (cuyo nombre significa Damasco en árabe). Para su mujer, Nadia, dar a luz “en otro idioma” fue todo un reto porque apenas entendía a las enfermeras, pero se las arreglaron con la traducción que organizaron por vía telefónica. En España Nadia se siente segura y valora mucho los cuidados médicos y la atención que tanto ella como la recién nacida están recibiendo.

"Los niños están muy felices yendo a la escuela, aprendiendo cosas y haciendo amigos"

La situación en la que vivían en Líbano dista mucho de las condiciones en España; allí pasaron mucho tiempo en alojamientos precarios, incluyendo tiendas de campaña. Alí no dudó un segundo cuando ACNUR les contactó para ofrecerles la posibilidad de ser reasentados en España, sobre todo, pensando en el futuro de sus hijos. “En el Líbano su educación no era continua, y dependíamos para sobrevivir de la ayuda de la ONU. Los niños quieren vivir en España y nosotros queremos que se eduquen aquí”.

Como en el caso de muchas familias de refugiados, los hijos son los que más rápido se van adaptando. Los tres mayores, ya comienzan a hablar español e incluso aprendieron villancicos las pasadas Navidades. Este centro es la primera etapa en el proceso de adaptación e integración en su nuevo país, pero Ali ya puede ver el progreso que están experimentando sus hijos. “En el centro todo el mundo nos trata bien y se preocupa por ellos; están muy felices yendo a la escuela, aprendiendo cosas y haciendo amigos. Es todo lo que un padre podría desear”, concluye.