En 2014, lanzamos una estrategia global para el Acceso Seguro a los Combustibles y Energía (SAFE).  SAFE destaca la necesidad de encontrar enfoques novedosos y tecnologías culturalmente apropiadas, incluyendo cocinas con combustibles limpios o eficientes, combustibles alternativos y sostenibles e iluminación con energía solar.

Mejorar el acceso de las personas refugiadas o desplazadas a fuentes de energía limpias y sostenibles, puede aumentar su autosuficiencia, garantizar la educación en condiciones de vida difíciles y proporcionarles seguridad, salud y protección. La energía permite además el funcionamiento de los centros de salud y garantiza que los medicamentos que salvan vidas se refrigeren. La iluminación de las calles permite a las personas desplazarse por los campamentos con un mayor grado de seguridad en horas nocturnas, especialmente a las mujeres y niñas, y las lámparas que utilizan energía solar permiten a las personas trabajar, cocinar, estudiar, socializar, es decir seguir con sus vidas luego de la puesta del sol, sin necesidad de comprometer su salud o seguridad. Con combustibles limpios y sostenibles, o tecnologías eficientes de bajo consumo energético los refugiados pueden cocinar sus alimentos y evitar la desnutrición y mala salud que pueden llegar a afectar a los refugiados cuando cocinan usando fogatas.