ACNUR combate brotes de diarrea en los campamentos en Bangladesh
A medida que el flujo de Rohingya incrementa a un estimado de 507.000 personas, ACNUR suma tres centros de tratamiento de diarrea y equipos de rehidratación.
CAMPAMENTO DE REFUGIADOS KUTUPALONG, Bangladesh – La edificación de techo fino en este campamento de refugiados en Bangladesh es la nueva línea de frente en una batalla para frenar los brotes de diarrea entre medio millón de refugiados Rohingya.
El centro de tratamiento de diarrea, que cuenta con 20 camas, fue abierto el lunes en el campamento y es uno de los tres centros que brinda un total de 80 camas. Dos centros más se abrirán la próxima semana.
"La diarrea severa causa deshidratación, la rehidratación rápida y apropiada es vital para salvar vidas", explicó Taimur Hasan, oficial asociado de salud pública para el ACNUR en Bangladesh, durante un recorrido por las instalaciones.
Establecido en una edificación con forma de u que rodea un alto árbol de acacia, el centro tiene pabellones aparte para dar rehidratación oral para los casos más leves, y para rehidratación salina intravenosa para pacientes con casos de diarrea más severa.
A partir de hoy, nuestro personal, trabajando en conjunto con voluntarios refugiados, se desplegará en el campamento y en asentamientos informales cercanos para encontrar personas que podrían estar enfermas pero que no han buscado tratamiento.
"Un estimado de 507.000 Rohingya ahora han buscado la seguridad en Bangladesh."
"Los voluntarios de salud comunitaria pueden proporcionar rehidratación en el terreno con solución salina oral, o si es necesario, traerlos aquí", dijo Hasan.
Desde que la violencia estalló en Myanmar a finales de agosto, se estima que 507.000 Rohingya han buscado seguridad en Bangladesh. La mayoría vive en ciudades informales de chozas de plástico y bambú, donde el agua dulce y el saneamiento "no son óptimos", dijo Hasan.
Entre las recientes afluencias de refugiados, las autoridades de Bangladesh han notificado 10.247 casos de diarrea, aunque la incidencia real es ciertamente mucho mayor.
En una visita reciente a la extensión del campamento, este reportero del ACNUR preguntó a unos 20 residentes en una reunión ad-hoc de la comunidad cuántos habían caído enfermos. Un breve demostración de manos reveló que alrededor de la mitad había caído enferma.
La mayoría de los campamentos informales y los asentamientos fueron hasta las últimas semanas bosques. El desafío de salud pública ha surgido como miles de nuevos residentes defecan en las proximidades del suministro de agua. Las pruebas revelan que algunas fuentes de agua están contaminadas con bacterias coliformes.
Las medidas para prevenir la propagación de la enfermedad también incluyen la instalación de 32 pozos de tubos de poca profundidad y 250 letrinas hasta ahora, que el ACNUR logró con la ayuda de socios.