Una galardonada tecnóloga anima a las jóvenes a aprender sistemas de codificación
Mariéme Jamme, que no recibió educación hasta los 16 años, es ahora una empresaria de tecnología cuya misión es capacitar a mujeres jóvenes.
Mariéme Jamme, experta en tecnología, se inclina sobre la pantalla de una computadora para ayudar a un estudiante en un centro de capacitación del campamento de refugiados de Kakuma, en Kenia. Ella sabe muy bien lo importante que puede ser ayudar a estos jóvenes.
Mariéme es una de los 16 Jóvenes Líderes Mundiales del Foro Económico Mundial que han visitado Kakuma y el asentamiento de Kalobeyei, al noroeste de Kenia, para conocer a los refugiados y las comunidades de acogida.
Los Jóvenes Líderes Mundiales se dividieron en siete grupos según su ámbito de especialización y sus intereses. Mariéme formaba parte del equipo educativo.
“Elegí este grupo para alentar a los jóvenes a centrarse en la educación”, dice. “La educación abre las puertas a las personas hacia un mundo nuevo”.
La población de Kakuma y del asentamiento en la ciudad vecina asciende en total a cerca de 250.000 personas, entre refugiados y población local.
Mariéme, nacida en el Senegal, posee una empresa de tecnología que tiene su sede en el Reino Unido. Fue abandonada por su madre y creció en un orfanato. Después fue víctima de la trata de personas y conducida a Francia por los traficantes.
Allí se hizo amiga de una mujer marroquí que se convirtió en su mentora y la animó a participar en un programa de migración para trasladarse el Reino Unido, donde ha vivido desde los 19 años.
Mariéme, que ahora tiene 44 años, no recibió educación formal y aprendió sola a leer y a escribir a los 16 años.
“Iba todos los días a la biblioteca”.
“Iba todos los días a la biblioteca”, dice Mariéme. “Y leía todo lo que caía en mis manos. Ahora me he inscrito en los exámenes para el Certificado General de Educación Secundaria y el A level para el próximo año”.
Una de las instituciones que visitó el equipo fue el Campus de la Masinde Muliro University, donde Mariéme habló con Rose Chelia, refugiada de Sudán del Sur. Rose le contó cómo había huido a Kakuma con su tía y le explicó que, de momento, no podía asistir a la escuela.
“Empecé a ir a una escuela diurna en Kakuma y, en 2005, obtuve una beca para estudiar en uno de los principales internados del campamento”, dice. “Mi tía no estaba de acuerdo porque quería que cuidara de mis primos pequeños, así que estuve desconectada mucho tiempo”.
“Debido al estrés, no obtuve buenos resultados al finalizar la enseñanza primaria y anduve de escuela en escuela durante tres meses hasta que encontré un centro de enseñanza superior donde me admitieron.
“La historia de Mariéme me hace concebir esperanzas, ya que, a pesar de las dificultades, nuestro destino está en nuestra manos y debemos aprovechar todas las oportunidades que nos surjan”.
El pasado año, Mariéme recibió el Premio a la Innovación en la convocatoria de los premios Global Goals Awards de 2017, otorgados por el UNICEF y la Fundación Bill y Melinda Gates, por su labor de promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
También fue nominada para la Powerlist 2017 del Reino Unido, en la que figuran las 100 personas más influyentes del patrimonio cultural africano y afrocaribeño y fue nombrada Joven Líder Mundial por el Foro Económico Mundial en 2013.
“Comprendo los problemas y las dificultades que han sufrido”.
Mariéme contó a los representantes del ACNUR algunos de los terribles detalles de su historia.
“Me violaron y golpearon cuando era niña y, a la edad de 13 años fui víctima de la trata; los tratantes me llevaron a Francia y me obligaron a prostituirme”, explica.
“Viví en una estación del metro de París durante tres años hasta que me recogió la policía y me llevó a un centro de rescate. Por todo lo que pasé soy capaz de conectar con los refugiados y entender los problemas y las dificultades que han sufrido la mayoría de ellos”.
Mariéme es la fundadora de la iniciativa iamtheCODE, que tiene por objeto enseñar a las jóvenes y las niñas sistemas de codificación informática, proporcionarles un espacio educativo seguro y ayudarles a encontrar trabajo. El objetivo de su misión es capacitar a un millón de mujeres y jóvenes codificadoras para 2030.
Al final de su visita de cinco días, los Jóvenes Líderes Mundiales explicaron lo que habían aprendido y propusieron soluciones como, por ejemplo, la creación de un centro para conectar a los refugiados y las comunidades de acogida con alianzas público-privadas a través de una red de Jóvenes Líderes Mundiales.
Al igual que el resto de los visitantes, Mariéme se marchó de Kenia con esperanzas para el futuro.
Dijo que creía que Kakuma llegaría a formar parte de su iniciativa iamtheCODE.
“Me comprometo a trabajar con ACNUR para establecer centros tecnológicos en Kakuma y enseñar sistemas de codificación a las jóvenes y las niñas refugiadas y de las comunidades de acogida”.
Gracias a la Voluntaria En Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.