A medida que la cifra de bebés nacidos como refugiados alcanza el millón, se lanza un plan de ayuda para los refugiados sirios
Cuando la cifra de los niños sirios nacidos como refugiados llega al millón, Agencias de las Naciones Unidas y ONG socias lanzaron hoy un plan de 5.500 millones de dólares para ayudar a las personas refugiadas y a los países de acogida en 2019 y 2020.
AMMAN, Jordania. Yousef, un niño típicamente bullicioso de dos años de edad, con distintivo cabello rubio y una sonrisa descarada, se inquieta mientras sus padres esperan en un centro de registro de ACNUR en Ammán, la capital de Jordania. Manteniendo una mirada protectora sobre su hijo, Baraa trata de procesar el hecho de que Yousef es ahora uno de los millones de niños sirios nacidos como refugiados en el exilio desde el inicio de la crisis en 2011.
“Este es un número aterrador, porque significa un millón sin hogar real”, dijo el refugiado de 29 años de Hama, Siria. “Al menos yo tengo mis recuerdos de Siria. Yousef nunca ha visto su país, no conoce su hogar”.
Con el conflicto en su octavo año, actualmente hay más de 5,6 millones de refugiados sirios registrados en los principales países de acogida de la región: Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Irak. Gran parte de este millón de refugiados nacidos en el exilio enfrenta una vida de pobreza e incertidumbre, con muchos casos de trabajo infantil y matrimonio precoz, e incluso su educación no está garantizada.
Más allá de las dificultades mensuales para pagar las facturas de los alimentos y el alquiler, la principal preocupación de Baraa es el futuro de Yousef y el de su hermana sin nacer, quien está programada para nacer en unas semanas. “Mi mayor preocupación es su educación: ¿Cómo puede un niño crecer y desarrollarse en esta situación?”, pregunta. “Este será nuestro último bebé, porque la vida es demasiado incierta y costosa”.
“Es fundamental que la comunidad internacional continúe... ayudando a asumir esta gran carga”.
Para continuar satisfaciendo las necesidades de los refugiados sirios como Baraa y las de los países que los acogen, el martes ACNUR y PNUD, junto con unas 270 ONG y socios humanitarios, lanzaron el Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia 2019-2020 (3RP).
El plan de 5.500 millones de dólares brindará asistencia a más de nueve millones de personas, incluidos los refugiados sirios y hasta 3,9 millones de miembros vulnerables de las comunidades de acogida donde viven actualmente los refugiados. Desde su inicio en 2015, el 3RP ha canalizado 12 mil millones de dólares en fondos para abordar los impactos de la crisis de refugiados.
El apoyo futuro incluirá la participación de más niños refugiados en algún tipo de educación, ya que el 35 por ciento de los niños, niñas y jóvenes sirios en el exilio actualmente están fuera de la escuela. La financiación también se utilizará para proporcionar a los refugiados asistencia monetaria específica, ofrecer servicios de protección y salud y mejorar las oportunidades económicas, especialmente para las mujeres.
Reconociendo los años de generosa hospitalidad ofrecida por los países de acogida de la región, el plan también busca ayudarlos a sobrellevar el impacto socioeconómico de recibir a un número tan grande de personas, principalmente mediante el apoyo al trabajo de las instituciones locales y los municipios.
“Si perdiéramos esta asistencia en efectivo, no sé qué nos pasaría”.
“Es fundamental que la comunidad internacional continúe reconociendo la difícil situación de los refugiados sirios y brinde un apoyo vital a los gobiernos de acogida y los socios de 3RP para ayudar a asumir esta gran carga, hasta que los refugiados puedan regresar a casa con seguridad y dignidad”, dijo Amin Awad, Director de ACNUR para el Buró de Medio Oriente y el Norte de África, y Coordinador Regional para los Refugiados de Siria e Irak.
Ahmad, un ex propietario de una fábrica de jabones de Alepo, de 51 años, dijo que él y su familia no podrían haber sobrevivido en Jordania sin la asistencia en efectivo mensual de 140 dinares jordanos (200 dólares) que han recibido desde mediados de 2012.
“Yo era activo y exitoso en Siria, tenía mi propia fábrica, una casa grande y cuatro apartamentos”, explicó. “Entonces me encontré aquí viviendo como refugiado, sin dinero ni estatus. La asistencia que recibí me ayudó tanto psicológica como financieramente”.
Como padre de dos hijas adolescentes, Ahmad dijo que todavía está muy preocupado por la situación de seguridad en Alepo para pensar en regresar todavía. “No tenemos otra opción en este momento que no sea quedarnos en Jordania y depender del apoyo que recibimos. Si perdiéramos esta asistencia en efectivo, no sé qué nos pasaría”.