Desesperados, los Rohingyas huyen a Bangladesh en botes endebles
ACNUR está preocupado por el creciente número de personas que recurren a medios desesperados para huir de Myanmar.
GINEBRA – Durante los últimos días, más de 30 botes improvisados han llegado a Bangladesh, llevando a más de 1.000 personas. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se muestra preocupado por el creciente número de personas que recurren a medios desesperados para huir de Myanmar.
Incapaces de pagar para cruzar el río Naf que forma la frontera, los refugiados construyen balsas con cualquier material que pueden encontrar, como postes de bambú y bidones atados con cuerdas y cubiertos con lonas de plástico, dijo el portavoz del ACNUR William Spindler en una conferencia de prensa en el Palacio de las Naciones el día viernes.
"Se sabe que más de doscientos refugiados Rohingya se han ahogado en naufragios e incidentes en embarcaciones desde el inicio de la crisis el 25 de agosto", dijo Spindler. "Los recién llegados nos dijeron que habían estado esperando durante más de un mes en las costas de Myanmar en condiciones desesperadas. Se dice que la comida y el agua se están agotando".
Aproximadamente 620.000 refugiados Rohingya han huido a Bangladesh desde el 25 de agosto.
Spindler dijo que, a pesar de los esfuerzos para proporcionar más ayuda y servicios, la sobrepoblación y las difíciles condiciones de vida en los campamentos y sitios improvisados aumentaron los riesgos de salud, saneamiento e incendios, así como la violencia y el tráfico.
"Mi familia y yo huimos para no terminar en la cárcel."
"Existe una necesidad urgente de terreno adicional y más espacio para albergues e infraestructura para proporcionar servicios y ayuda de primera necesidad, incluyendo puntos de agua, letrinas, áreas de baño, puntos de distribución, espacios seguros y amigables para los niños, espacios seguros para mujeres y niñas, centros comunitarios, etcétera", agregó.
Hasta el momento, ACNUR ha entregado cientos de miles de artículos de ayuda que incluyen tiendas de campaña, lonas de plástico, mantas, colchonetas, mosquiteros, juegos de cocina, cubos y bidones.
En declaraciones al ACNUR en Cox's Bazar, Bangladesh, unas 70 familias que llegaron esta semana dijeron que huyeron de la extorsión y el acoso en Buthidaung, en el estado de Rakhine en Myanmar.
Uno de ellos dijo que hombres uniformados amenazaron con apoderarse de sus pertenencias. "Mi tío y mi abuelo rechazaron sus órdenes de darles sus pertenencias, por lo que fueron detenidos", dijo. "Mi familia y yo huimos para no terminar en la cárcel".
Caminaron a través de una zona montañosa para llegar a la isla Dong Khali Chor desde donde podían navegar a Bangladesh. Durante el viaje, fueron detenidos en un puesto de control militar. "Se llevaron todo. Nos fuimos solamente con la ropa que traíamos puesta", agregó el hombre.
"Estoy aquí porque quiero tener un albergue y quiero dormir tranquilamente."
Quienes llegaron a la isla enfrentaron una larga espera. Sidiq Ahmad dijo que él y su familia de siete personas se quedaron varados allí por más de 30 días, incapaces de pagar la tarifa del bote a Bangladesh. A medida que la demanda de embarcaciones aumenta, los boteros elevan los precios a hasta 10.000 takas bangladesíes (120 dólares) por persona.
La comida y el agua se estaban agotando, por lo que Sidiq y otros siete hombres decidieron construir un bote con bambú y bidones plásticos.
"Decidimos irnos por la noche porque la marea estaba alta, y porque así podríamos llegar a Bangladesh más rápido y evitar el sol del día", dijo Sidiq, de 37 años, quien llegó con su esposa y sus cinco hijos de entre uno y 12 años. La balsa llevaba a 34 personas, más de la mitad de ellos niños.
Remando con placas atadas a palos de bambú, les tomó cuatro horas cruzar el río de tres kilómetros para llegar a Bangladesh. Se sabe que al menos 130 refugiados Rohingya han muerto en el mar durante el peligroso viaje.
Cuando llegaron a Bangladesh, el grupo de Sidiq colapsó por la fatiga y el hambre. Los encontraron durmiendo a la sombra de un bote cerca de Shahporir Dwip, Cox's Bazar. Eventualmente fueron llevados a un centro de tránsito en Sabrang, donde les dieron agua y comida caliente.
"Estoy aquí porque quiero tener un albergue y quiero dormir tranquilamente", dijo Sidiq.