Asistencia en efectivo da una esperanza a los desplazados yemeníes que se enfrentan al desalojo
Con dos millones de personas aún desplazadas después de años de conflicto, la asistencia de ACNUR ayuda a los más vulnerables a tener un techo y a mantener a sus hijos en las escuelas.
AMRAN, Yemen – Después de escapar de la muerte cuando su casa fue bombardeada dos veces y huir de su hogar en Saná, Dhawla Jarady, de 35 años, no estaba preparada para ser desalojada de su actual casa, y tener que vivir en las calles con su familia.
Esa fue la situación en la que se encontró después de atrasarse con el pago por la modesta casa de adobe que ahora alquila en Amran, una ciudad a unos 50 kilómetros al noroeste de la capital yemení.
"Yo tenía una casa propia en Saná, pero quedó destruida por la guerra, por lo que tuve que vender mi propiedad, el oro y todo lo que tenía para poder huir", dijo Dhawla.
Ella, su esposo y sus cuatro hijos se albergaron en un apartamento de dos habitaciones en un antiguo edificio de ladrillo, donde usaron todos sus ahorros para cubrir los primeros meses de renta, a la espera de que la guerra acabara pronto y pudieran retornar a su hogar.
"Esta guerra nos dejó en la miseria."
Con el conflicto en Yemen ahora en su tercer año, Dhawla y su familia agotaron sus recursos durante los dos años de desplazamiento. Y después, el propietario de su apartamento les entregó un aviso de desalojo, ya que no podían pagar su renta.
"Esta guerra nos dejó en la miseria. No enviaba a mis hijos a la escuela porque no podía cubrir los costos, solo comíamos lo que podíamos encontrar, pan seco y té si teníamos suerte. Después, nos dijeron que teníamos que irnos. Ha sido muy difícil para nosotros", dijo suspirando.
El día antes de que tuvieran que entregar su apartamento, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, brindó a la familia asistencia monetaria para que pudieran pagar su deuda y continuar viviendo en su apartamento.
"Recibimos el dinero ayer, gracias a Dios. Dimos la mitad al arrendatario y el resto lo usamos para comprar comida", explicó Dhawla.
Después de dos años de continuos combates y empeoramiento en las condiciones, casi 21 millones de personas, que representan la mayoría de la población, se han visto afectadas por el conflicto y se encuentran necesitadas de asistencia humanitaria.
Las personas desplazadas son las más vulnerables, tres millones de personas se han visto obligadas a huir en algún punto del conflicto. Dos millones de ellas están desplazadas dentro del país y el restante millón ha intentado regresar a su hogar.
La mayoría de los desplazados yemeníes vive con familias de acogida o en casas alquiladas, mientras que otras personas se han visto obligadas a establecerse en asentamientos informales o centros colectivos, tales como escuelas sin uso, centros de salud o edificios religiosos que alojan a muchas familias.
Con el conflicto todavía afectando al país, las familias desplazadas ahora están luchando por satisfacer sus necesidades primarias, que incluyen albergue, alimentos y agua. El ochenta y ocho por ciento han sido desplazados por más de un año, y los que viven en viviendas alquiladas a menudo enfrentan la persistente amenaza de desalojo.
En respuesta, ACNUR ha brindado el equivalente a 200 dólares en asistencia para renta a 9.200 familias en riesgo de desalojo identificadas por personal de ACNUR en el terreno y socios por medio de visitas a los hogares, equipos móviles de evaluación o equipo en centros comunitarios.
Con fondos adicionales que se reciben ahora y se destinan a este plan, ACNUR planea desembolsar asistencia a otras 9.900 familias antes de fin de año.
Todos los beneficiarios son examinados cuidadosamente para determinar su elegibilidad y una vez confirmados, reciben un SMS con un código de cupón que se puede canjear en varios agentes de transferencia de dinero en todo el país.
Para la madre soltera Shafeeqa Eid, quien es el único sostén de sus cinco hijos después de perder a su esposo por un problema cardíaco a principios de este año, el subsidio de alquiler ha sido un baluarte para evitar enviar a sus hijos en edad escolar a trabajar.
"Las personas desplazadas en Yemen están luchando por sobrevivir."
"Quiero que mis hijos continúen sus estudios, pero si no hubiera recibido el subsidio, hubiera tenido que sacarlos de la escuela y enviarlos a trabajar", dijo Shafeeqa, quien está enferma y recibe menos de dos dólares diarios por una laboriosa jornada agrícola en una granja alrededor de Amran.
"Con el masivo desplazamiento, las inmensas necesidades humanitarias y la creciente pobreza que resultan del conflicto, la mayoría de las personas desplazadas en Yemen están luchando por sobrevivir", dijo el Representante de ACNUR en Yemen, Ayman Gharaibeh.
"La asistencia monetaria continua siendo la más efectiva y la que más ayuda a la protección de las personas afectadas por el conflicto, pero requerimos fondos predecibles y sostenidos para asegurar estos programas", añadió.
Para Dhawla, la asistencia de alquiler ha traído un respiro de la inminente amenaza de desalojo, pero continúa esperando que vuelva la paz, y así, poder retornar a su hogar.
"Solo quiero que nos deshagamos de esta guerra y nos sintamos seguros de nuevo. Quiero ser capaz de educar a mis hijos, quiero poder alimentarlos y quiero volver a casa", dijo.
Por Shabia Mantoo