Cristiano Ronaldo (Portugal, 1985) ha dado muchas muestras a lo largo de su carrera de que se ausentó de clase el día que en el colegio explicaban aquello de que "lo importante no es ganar sino participar". Todavía tiene pendiente el delantero blanco la asignatura de cómo se debe encajar una derrota. Claro, que esa es una de sus virtudes: su salvaje carácter competitivo. Ayer salió a la luz un episodio que retrata perfectamente la voracidad del portugués por conseguir la victoria. Y no tiene nada que ver con el fútbol, sino con una aparentemente inocente partida de ping-pong de sobremesa.
Patrice Evra (Senegal, 1981), jugador del West Ham que coincidió con el portugués en el Manchester United, acaba de revelar a ITV Sport lo que Ronaldo hizo tras perder al tenis de mesa contra el mítico central del United Rio Ferdinand (Reino Unido, 1978). Los hechos ocurrieron hace 10 años, cuando el hoy delantero blanco estaba en el United y tenía 23 años. Fue tras una comida en casa de Cristiano a la que habían sido invitados Ferdinand y Evra.
"Rio Ferdinand ganó al 'ping-pong' a Cristiano y todos nos pusimos a gritar, en plan de broma. Se notaba que Cristiano estaba molesto", dice Patrice Evra. Luego, llegó la reacción del portugués
"Rio ganó al ping-pong a Cristiano y todos nos pusimos a gritar, en plan de broma. Se notaba que Cristiano estaba molesto. Tras eso, mandó a su primo a comprar una mesa de ping-pong y estuvo entrenando dos semanas en casa. Después, citó a Ferdinand y a otros cuantos y le retó a una nueva partida. Esta vez Cristiano ganó a Ferdinand delante de todos. Así es él, por eso no me sorprende que quiera ganar más Balones de Oro que nadie o que quiera llevarse el Mundial, a pesar de que Portugal no es la selección de más calidad", recordó Evra en el programa deportivo.
En otro momento de la entrevista, Evra declaró que tiene claro que no aconsejaría a nadie compartir almuerzo con el delantero. "Cuando Cristiano te invite a comer a su casa, solo di que no", bromeó el futbolista. El jugador de origen senegalés confesó que Ronaldo le invitó a comer a su casa cuando ambos eran compañeros en el Manchester United y las cosas no salieron como él esperaba.
"Me dijo que fuera después del entrenamiento y fui. Yo estaba cansado. En la mesa solo había ensalada, pollo y agua. No había nada de refrescos. Comenzamos a comer y pensaba que después habría carne o algo más, pero no", recuerda Evra, que presenció con sorpresa cómo Cristiano se puso a jugar con una pelota nada más terminar de comer. "Me dijo que hiciéramos toques y yo le pregunté si antes podía terminar de comer. Me dejó, pero después de eso me pidió que fuéramos a la piscina, a nadar".
Evra sentenció. "Es una máquina y no quiere dejar de entrenar".
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