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Almunia: “Hay un miedo irracional a que nos invadan los inmigrantes”

El exvicepresidente de la Comisión confía en que España sea un factor positivo en la UE

El exsecretario general del PSOE, Joaquín Almunia, durante una entrevista con este diario.
El exsecretario general del PSOE, Joaquín Almunia, durante una entrevista con este diario.

Joaquín Almunia esperó a que pasaran las elecciones francesas para escribir su libro. "No podía escribir del futuro de Europa sin saber quién ganaba", ha afirmado este miércoles el exvicepresidente de la Comisión Europea. Superado el trance que para la estabilidad europea habría supuesto una victoria lepenista, la sacudida ha llegado por otro flanco: Italia y las andanadas xenófobas de su ministro de Interior, Matteo Salvini. La inmigración se ha posicionado en el centro del debate europeo. Y en ese terreno de juego, Almunia estima que el populismo ha tomado las riendas para extender temores infundados. "Hay un miedo irracional a que nos invadan los inmigrantes, un miedo muy fácil de diseminar".

El político socialista confía en que España actúe de contrapeso ante la nueva Europa fortaleza que puede venir, e impulse una corriente alternativa. "La gestión del Aquarius fue una demostración de empatía. Tan preocupante es escuchar a Salvini como importante que un Gobierno de la UE diga: si los italianos no quieren, nosotros sí", ha defendido durante la presentación en Bruselas de la obra, titulada Ganar el futuro (Ed. Taurus). Para Almunia, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez no puede actuar solo en esta cuestión. "Vamos a ser un factor positivo para la UE, pero hace falta una mayoría potente en el Consejo y el Parlamento".

Almunia coincide con el analista Timothy Garton Ash en la identificación de las fuerzas motoras que movieron y moverán el tablero político. Cree que el miedo al pasado, con su legado de dictaduras, guerras y falta de libertades, ha alimentado durante años las visiones progresistas en Europa, pero las tornas han cambiado ante la incertidumbre de lo que está por llegar: "Ahora domina el miedo al futuro. La gente se pregunta ¿cuántos millones de inmigrantes van a venir en barco el año que viene? ¿qué será de nuestros hijos, de los centros de salud o de las escuelas?". Ante las nuevas cuestiones, a las que el populismo ofrece respuestas simples, Almunia ve necesario que tras el fracaso del sistema de cuotas, de la próxima cumbre de líderes europeos salgan propuestas como la creación de una agencia de asilo y refugio y una política común de control de fronteras.

Acompañándole en la presentación de su libro en la Eurocámara ha estado el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, que ha llamado a España a asumir un rol más activo. "Europa necesita a España como un actor importante. Solo el gesto de decir que el Aquarius es bienvenido ha servido. Necesitamos los valores de España". El político holandés ha alabado la ausencia de referentes políticos extramistas entre los principales partidos españoles, una rara avis en plena expansión de estas fuerzas por Europa. "España no es víctima de xenofobia ni islamofobia. Tiene una relación amable con las diferencias. Esa es la lección más poderosa que puede compartir con el resto de Europa".

El ascenso populista coincide con el descalabro general de la socialdemocracia europea, relegada en algunas de sus plazas fuertes de antaño —caso de Francia o Grecia—, a una situación de irrelevancia. Para Timmermans, parte de la culpa del declive está en haber dejado las emociones en un segundo plano. "Willy Brandt decía que los socialdemócratas combinamos idealismo y pragmatismo. Durante la crisis hemos sido solo pragmáticos; hemos querido convencer a nuestros votantes con presentaciones de PowerPoint".

El líder comunitario opina que en ocasiones Europa se construye más desde lo que no quiere ser que desde los deseos. "Muchos europeos ven el Brexit, a Putin o a los Estados Unidos de hoy y dicen: no, esto no es lo que queremos. Apoyan la UE porque la necesitan, pero Europa debe ser algo más que un dentista. Tiene que hacer soñar".

Almunia se ha mostrado crítico con los mensajes que se lanzan desde determinadas cancillerías europeas. Cree que parte de la culpa de que para muchos ciudadanos la UE esté lejos de ser un sueño es de los líderes nacionales, a los que acusa de dañar la reputación del proyecto europeo a través del extendido hábito de nacionalizar éxitos y europeizar fracasos. "Los hachazos que se han producido en política social, salvo en Grecia, han sido decididos por gobiernos nacionales que luego le echaban la culpa a Bruselas. Han sido incapaces de asumir responsabilidades. Es dinamita pura y vitamina para el populismo y el nacionalismo".

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