Una somalí sobreviviente de tortura se reúne con sus hijos en Níger
Después de 15 meses de golpizas y abusos en cautiverio por parte de traficantes libios, una madre somalí se reúne con sus hijos adolescentes en Niamey.
Ahmed, de 14 años, y Mohamed de 15, abrazan a su madre Amina* en Niamey, Níger.
© ACNUR/Louise Donovan
Amina* la madre somalí de dos hijos, era fuerte y vigorosa antes de caer en manos de los traficantes libios. Después de más de un año de implacables golpes y descargas eléctricas, está quebrantada y no puede caminar.
"Cuando yo llegué a Libia caminaba, nadie tenía que ayudarme . . . pero mírame ahora", dice, mientras desesperadamente levanta sus brazos rotos, su piernas están paralizadas.
La mujer de 42 años se encuentra entre los miles de refugiados y solicitantes de asilo de toda África que se embarcan en viajes desesperados en busca de seguridad y que, muy a menudo, terminan siendo cautivos de despiadados tratantes de personas en Libia.
Retenidos por meses en pésimas condiciones, muchos son sometidos a abusos y torturas que los marcan de por vida.
Ella cuenta que recibió descargas eléctricas y que fue golpeada. "Siempre me ataban las manos a la espalda y, después, me dejaban afuera, atada en el frío".
Su terrible experiencia comenzó en 2015, cuando su casa en la capital, Mogadiscio, fue destruida por una bomba que mató a su esposo y a su hermano.
"Les supliqué que no torturaran a mi familia."
Sin acceso a la educación y con recursos limitados, sus hijos Ahmed y Mohamed, de 13 y 14 años en ese momento, estaban en peligro de ser reclutados por el grupo armado Al-Shabab, como muchos niños de su edad.
En 2016, con pocas opciones, los hermanos se fueron en secreto con una prima, iniciaban una búsqueda de seguridad que los llevaría a Yemen, Sudán y Libia.
Cuando Amina supo que se habían ido, partió hacia Yemen, un país devastado por la guerra, tratando de encontrar a sus niños. Finalmente los alcanzó cinco meses después en Sudán, no sabía lo que les esperaba en Libia.
Después de negociar con los tratantes, partieron hacia el norte por el Sahara, con poca o nada de agua ni de comida durante días, bajo un calor inflexible. Amina se debilitó y los tratantes quisieron abandonarla en el desierto, pero sus hijos se negaron a dejarla.
El verdadero horror comenzó cuando llegaron a la ciudad libia occidental de Bani Walid. Los tratantes exigieron 10.000 dólares por cada uno de los cuatro miembros de la familia. Amina no tenía los medios para pagar, tampoco una familia a la cual poder pedir ayuda.
"Me torturaron tanto. Les supliqué que no torturaran a mi familia ", dice Amina, que se ofreció voluntariamente para recibir todos los abusos, y salvar a sus hijos y a su sobrina.
Después de siete meses, su cuerpo comenzó a apagarse debido al abuso. Ella ya no podía mantenerse de pie y sus manos no funcionaban. Entonces los contrabandistas comenzaron a torturar a los niños.
Después de 15 meses en cautiverio, Amina estaba al borde de la muerte. Los contrabandistas no querían lidiar con un cadáver y se dieron cuenta de que no obtendrían el dinero que exigían, entonces los dejaron ir.
"Él sabía que iba a morir y no quería eso, así que finalmente nos dejó ir", recuerda Amina. Otra de sus sobrinas también estaba cautiva en el mismo lugar, por lo que toda la familia se fue junta. Los cinco fueron transportados a la costa como parte de un grupo más grande. Estaban entre los afortunados.
Fueron conducidos a un bote inflable con destino a Europa. Sabían que estaba sobrecargado, había más de 100 personas, pero eran impotentes e incapaces de escapar. El pánico los golpeó varias horas más tarde, cuando el bote comenzó a hundirse. Sin embargo, un buque de la Guardia Costera libia los trajo de vuelta a la costa.
En el puerto, el ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, los estaba esperando. Amina estaba en estado crítico y fue trasladada al hospital. Las autoridades llevaron a los niños y a sus primas a un centro de detención, donde el ACNUR les informó que volarían a Níger.
La medida se organizó a través del Mecanismo de Tránsito de Evacuación de Emergencia (ETM, por sus siglas en inglés) del ACNUR, que se estableció en noviembre de 2017. Hasta el momento, 1.020 de los refugiados más vulnerables, como Amina y su familia, han sido evacuados temporalmente a Níger, mientras que se buscan soluciones a largo plazo para ellos, incluido el reasentamiento.
A los muchachos se les ofreció primero la evacuación. Estaban encantados con la noticia, pero temían dejar a su madre otra vez. ACNUR les aseguró que se uniría a ellos pronto.
"Estábamos muy ansiosos, desde el momento en que aterrizamos en Níger preguntábamos por nuestra madre, si estaba viva, cuándo se uniría a nosotros", dice Mohamed. Para su alivio, el ACNUR logró transportar a Amina y a su sobrina a Níger la semana siguiente.
Cuando se habla de la evacuación, el estado de ánimo le cambia por completo, Amina llora nuevamente, pero de felicidad. "Todo cambió en un minuto. Yo estaba tan feliz. En lugar de sentirme deprimida, me sentí bendecida", recuerda.
"No hay nada más importante para nosotros en nuestras vidas que nuestra madre, estamos muy agradecidos de que ella esté bien", dice Ahmed, sonriendo ampliamente. "Quiero regresar [a Somalia] un día", agrega, "quiero llevar cambios a mi país . . . pero ¿cómo puedo hacerlo, cuando ni siquiera puedo protegerme a mí mismo?"
Debido a la embestida de golpes y descargas eléctricas, Amina ha quedado confinada a una silla de ruedas y depende de sus sobrinas como cuidadoras.
Las experiencias contadas por la familia no son inusuales entre los evacuados de Libia, donde los informes de palizas, torturas y violaciones son comunes.
"El ACNUR está solicitando lugares de reasentamiento adicionales para permitir que los evacuados comiencen a planificar un futuro."
Un informe del ACNUR publicado hoy, Desperate Journeys (Viajes desesperados), encontró un deterioro profundamente preocupante en la salud de los recién llegados a Italia desde Libia en los últimos meses, con más personas llegando allí extremadamente débiles, delgadas y en general con mala salud.
El ACNUR está solicitando lugares de reasentamiento adicionales para permitir que los evacuados comiencen a planificar un futuro.
"Hasta el momento, se han comprometido un total de 2.483 lugares para los refugiados en Níger, pero se necesitan más. Esto es esencial para evitar las mismas situaciones para más refugiados que todavía están atrapados en Libia, donde sus vidas han sido suspendidas", dice Alessandra Morelli, funcionaria senior del ACNUR en Níger.
De los refugiados que hasta ahora han sido evacuados a Níger, 84 han abandonado el país, la mayoría a través del reasentamiento, mientras que un pequeño número se ha reunido con su familia en Europa o ha recibido visados humanitarios.
"Las evacuaciones de Libia y las mayores oportunidades de reasentamiento que vimos el año pasado son muy buenas noticias", dijo Pascale Moreau, directora de la Oficina de Europa del ACNUR.
"Sigue habiendo obstáculos significativos que limitan el acceso a vías seguras y legales, incluida la reunificación familiar, para las personas que necesitan protección internacional, pedimos más solidaridad".
* Los nombres de los refugiados han sido modificados por razones de protección.
Por Louise Donovan
Gracias a la Voluntaria en Línea Violeta Chávez por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.