Los venezolanos que huyen de la escasez de alimentos y la inestabilidad llegan a un centro de recepción y documentación en Pacaraima, en la frontera con Brasil.
© ACNUR/Reynesson Damasceno

Brasil siempre ha tenido un papel pionero y de liderazgo en la protección internacional de las personas refugiadas. Fue el primer país del Cono Sur en ratificar la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, en el año 1960.

Fue uno de los primeros países integrantes del Comité Ejecutivo del ACNUR, responsable de la aprobación de los programas y presupuestos anuales de la Agencia.

El trabajo del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en Brasil está pautado por los mismos principios y funciones que en cualquier otro país: proteger a las personas refugiadas y promover soluciones duraderas para sus situaciones. Las personas refugiadas disponen de la protección del Gobierno de Brasil y pueden, por lo tanto, obtener documentos, trabajar, estudiar y ejercer los mismos derechos que cualquier ciudadano extranjero en condición regular en el país. Brasil es internacionalmente reconocido como un país de acogida. Sin embargo, aquí, las personas refugiadas también encuentran dificultades para integrarse a la sociedad brasileña.

En Brasil, ACNUR tiene su oficina central en Brasilia y unidades descentralizadas en São Paulo, Manaos y Boa Vista. ACNUR actúa en cooperación con el CONARE y en coordinación con los gobiernos federal, estatales y municipales, además de otras instancias del Poder Público.