El Volcán de Fuego en Guatemala expulsa a cientos de personas de sus hogares
ACNUR realiza una evaluación de las necesidades sobre las casi 13.000 personas evacuadas después de la erupción volcánica que mató al menos a 110 personas.
Escuintla, Guatemala - Cuando el Volcán de Fuego hizo erupción sin mayor advertencia, una nube de gas ardiente y ceniza consumió los cultivos en la granja de Lucia.
Ahora desplazada y viviendo en un albergue en el departamento de Escuintla, localizado en las llanuras occidentales del país centroamericano, la mayor preocupación de su familia es su casa, que logró sobrevivir la erupción.
“Mi hijo y esposo duermen en este albergue temporal pero durante el día se van a cuidar la casa para que otros no nos roben”, comenta Lucia.
Ella está dentro de los 12.784 residentes locales viviendo en las faldas del volcán, quienes han sido evacuados desde la mortal erupción hace nueve días que mató a por lo menos 110 personas y dejo a casi 200 personas desaparecidas.
Se estima que 5,074 personas están siendo acogidas en albergues temporales, incluyendo iglesias, escuelas, centros culturales o deportivos y ayuntamientos en 5 departamentos en el sur del país. Otros están siendo albergados por familiares y amigos.
Mientras la operación de recuperación continua entre retumbos de la actividad volcánica, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) está sumamente preocupada por las más de 1,7 millones de personas que se estima fueron afectadas por esta tragedia humanitaria.
“Nos han dicho que las cenizas del volcán en nuestra casa son toxicas para nuestro bebé”
“Tan pronto como la actividad volcánica disminuyó y el acceso fue permitido y ACNUR movilizó equipos para apoyar una evaluación de la situación y así determinar necesidades a través de visitas a albergues y comunidades que han acogido a personas que han sido evacuadas”, comentó a los medios de comunicación el portavoz de ACNUR, Andrej Mahecic, en Ginebra durante una rueda de prensa el martes.
Los esfuerzos de rescate aún continúan esta semana, a pesar de la constante actividad volcánica que libera flujos de lava, gases tóxicos, ceniza caliente y rocas. El Volcán de Fuego se mantiene activo y ACNUR está sumamente preocupado puesto que la temporada de lluvias pudiera incrementar el riesgo de lodo y deslaves.
La incertidumbre es un desafío adicional para aquellos que viven actualmente en los albergues, entre ellos Ana Carolina, una madre de un bebé de 17 días de nacido, actualmente viviendo en el Centro Universitario del Sur, CUNSUR, en Escuintla.
“No tenemos ideas de cuándo podremos regresar a casa”, comenta ella. “Nos han dicho que las cenizas del volcán en nuestra casa son tóxicas para nuestro bebé”.
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