Refugiados de la RCA afectados por racionamiento de alimentos en Chad

Aishatou, de 18 meses de edad, está en tratamiento para la desnutrición severa en el hospital de Goré. Su madre, Fatouma, la cargó por un mes antes de arribar a pie a Chad dos semanas antes de que se tomara esta foto, Aishatou enfermó de diarrea cuando llegaron a la frontera entre la RCA y Chad. Madre e hija casi no comieron durante su viaje y debieron dormir a la intemperie. ACNUR/C.Fohlen|

Aishatou descansa sobre el regazo de Fatouma, su madre de 26 años ACNUR/C.Fohlen|

Habiba, 24, alimenta con cereal a Ramatou, su bebé de dos meses que nació en la selva durante su dura travesía de tres meses para escapar de la RCA. Durante su huida la familia casi no tuvo nada para comer o beber y arribaron a Chad tan exhaustos y demacrados que Habiba no pudo seguir amamantando a Ramatou. ACNUR/C.Fohlen|

Hajara, 19, y sus hijos, de tres y 18 meses, esperan la primera comida caliente que han recibido en los últimos dos meses. La familia llegó el día anterior al campamento de refugiados de Dosseye, luego de escapar de la violencia en Boali en la República Centroafricana. ACNUR/C.Fohlen|

Amadou, 13, en tratamiento para la desnutrición severa en el centro de salud del campamento de refugiados de Dosseye. Junto a su familia caminó cuatro meses por la selva para llegar a Chad y tanto él como su madre sufren de desnutrición. El centro sólo les pudo dar Plumpy'Nut, una pasta de maní fortificada pero carece de suplementos alimenticios porque los suministros ya se agotaron. ACNUR/C.Fohlen|

Refugiados recién llegados de la RCA descansan en un refugio provisional en el campamento de refugiados de Dosseye, en Chad. Arribaron el día anterior luego de caminar entre dos y tres meses a través de la selva con muy poca comida a su disposición. Muchos provienen de Boda, escapando de los recientes ataques. ACNUR/C.Fohlen|

Un pequeño refugiado de la RCA es sometido a pruebas para detectar la malaria en el centro de salud del campamento de refugiados de Dosseye. El 62% de las consultas de salud en el centro son por malaria. La actual escasez de alimentos afecta a los pacientes de malaria, que requieren una dieta adecuada para sanar. ACNUR/C.Fohlen|

Salamatou, 23, recibe una ración alimenticia mensual reducida para alimentar a su familia, consistente en 4.5 kilos de sorgo (cereales), 0.9 kilos de frijoles secos, 0.75 kilos de aceite y 0.15 kilos de azúcar por cada refugiado. Ella y su familia deberán ser creativos para compensar por el recorte del 60 por ciento de la ración.ACNUR/C.Fohlen|

Lydie, 30, prepara cerveza a partir de sorgo en el campamento de refugiados de Dosseye. Vende cada vaso de su cerveza en 50 CFA (unos 10 centavos de dólar por vaso), así obtiene un pequeño ingreso que le permite alimentar a su familia. ACNUR/C.Fohlen|

Adam, 32, parado frente a un pequeño trozo de tierra cercano a su albergue en el campamento de refugiados de Dosseye, a donde arribó en marzo de 2014. Como la ración de alimentos que reciben es insuficiente para alimentarlo a él, su mujer y sus tres hijos, ha plantado pepinos, guayavas, papas y sandías, pero tendrá que esperar por lo menos tres meses antes de la primera cosecha. ACNUR/C.Fohlen|

Los nietos de Akaya frente a las semillas de cacahuate que sembrarán en el terreno asignado a su abuela en el campamento de refugiados de Amboko, en el sur de Chad.ACNUR/C.Fohlen|

Akaya, 70, planta semillas junto a sus nietos en el campamento de Amboko en el sur de Chad. Refugiada proveniente de la RCA, arribó a Chad el 2003 y se le asignaron 1.5 hectáreas de tierra donde cultiva, sorgo, cacahuate, lechugas, acedera y amaranto, guarda parte de la cosecha para alimentar a su familia y vende el resto. Con ese dinero ayudar a pagar la educación de sus nietos. ACNUR/C.Fohlen|

Mujeres refugiadas provenientes de la República Centroafricana en el Mercado del campamento de refugiados de Amboko, en Chad. ACNUR/C.Fohlen|

Refugiados que huyeron de la RCA años atrás arando una pequeña parcela de tierra que se usará para alimentar a los refugiados recién llegados. ACNUR/C.Fohlen|

Un niño refugiado de la RCA enseña los cacahuates que plantará en el campamento de refugiados de Dosseye. Muchos de los refugiados de larga data cultivan alimentos para compensar la reducción de las raciones que reciben. ACNUR/C.Fohlen|

Youssouf, 21, gana dinero como peluquero en el campamento de refugiados de Amboko en el sur de Chad. ACNUR/C.Fohlen

Desde enero de 2014 el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se ha visto forzado a reducir en un 60% las raciones alimenticias que distribuye en los campamentos de refugiados en el sur de Chad ante la falta de fondos. La disminución de las raciones ha coincidido además con la llegada de miles de refugiados provenientes de la República Centroafricana al sur de Chad. Más de 14.000 desde el inicio de 2014. Muchos llegan enfermos, desnutridos y agotados luego de caminar por meses a través de la selva con poca comida y agua. Se suman a otros 90.000 refugiados provenientes de la RCA que ya se encuentran en el sur del país, algunos de ellos por años.

Los refugiados llegados con anterioridad han sido capaces de alcanzar cierto grado de autosuficiencia a través de la agricultura o el empleo, y así pueden compensar en parte la disminución de raciones. Pero los refugiados recién llegados, que huyen de los últimos episodios de violencia en su país natal, enfrentan una realidad mucho más dura. Y muchos de ellos, especialmente los niños, deberán luchar para sobrevivir porque el PMA se ha visto forzado a suspender los programas de alimentación complementaria utilizados para tratar a las personas que necesitan recuperarse de la desnutrición.

EL PMA necesita reunir U$ 186 millones para mantener los programas alimenticios para refugiados en África hasta el final del año. Adicionalmente, el ACNUR está haciendo un llamado urgente para recibir contribuciones para reunir los US$ 78 millones que se han presupuestado este año para garantizar la seguridad alimentaria y los programas de nutrición que se ofrecen a los refugiados en África.

Corentin Fohlen, fotoperiodista y Céline Schmitt, oficial de Información Pública del ACNUR, visitaron a los refugiados centroafricanos en el sur de Chad para documentar su situación y la forma en que están tratando de hacer frente a esta situación.