Refugiado sirio graduado en ingeniería eléctrica es contratado como electricista en una empresa de buses en Brasilia, consigue revalidar su diploma y ya hace planes para el futuro.
Después de escapar del conflicto en Siria, Amir abrió un centro deportivo para refugiados en Alejandría donde entrena a una nueva generación de competidores.
ACNUR tiene una plantilla de casi 11.000 personas. Una de ellas es Robina Kolok, oficial de suministros originaria de Sudán del Sur y que se encuentra en una misión en Bangladesh.
Judith Chan, que padece una discapacidad auditiva, explica cómo ha utilizado esta experiencia para ayudar a los refugiados que se encuentran en la misma situación.