Gisela Volá, fotoperiodista
Recuerdo a Alketa, como una persona muy divertida y sentimental, que llegó a Buenos Aires desde Albania, sin su familia directa. Ni bien la conocí me contó como fue el día que llegó a Buenos Aires: ….mis primos me fueron a buscar en auto al aeropuerto de Ezeiza para llevarme hasta la localidad de Gonet, por la ventanilla miraba la gente y las casas, las cosas diferentes que hay acá y que yo no conocía, todo me parecía raro, sentía que estaba como en una película…que no era mi vida. Aquí la recibieron sus primos que se encontraban en Argentina desde hacía un par de meses y la acogieron en su casa. Hace bastante tiempo que no la veo, pero lo que más recuerdo de ella es su gran fortaleza para vencer su profunda nostalgia, ella siempre estaba imaginándose junto a sus amigas, formando parte de los festejos de cumpleaños de sus sobrinos, su mejor amiga, sus compañeros de la escuela y universidad. Ojalá su presente esté cargado de nuevas anécdotas, de nuevos lazos que le den alegría. Alketa llegó de Albania huyendo de una profunda crisis que ya había comenzado a afectar a toda su familia. El comienzo no fue fácil: el colapso argentino de 2001 la obligó a cerrar el pequeño negocio que había montado con los pocos ahorros que traía.
Gisela Volá/Fotoperiodista