La historia de Bayan Mahmud, Argentina

Foto cortesía del Club de futbol Boca Junior

Foto cortesía del Club de futbol Boca Junior

 

Desde que los padres de Bayan Mahmud murieron en una ola de ataques tribales el año 2005, Bayan y su hermano Muntala, debieron quedarse en un orfanato. Cuando resurgió la violencia en el 2010, ambos huyeron del orfanato pero resultaron separados durante la huida.  Bayan se subió de polizón a un barco en el puerto de Costa del Cabo en el sur de Ghana.  El adolescente de 15 años no sabía a dónde se dirigía, pero estaba asustado y sólo quería alejarse lo más posible de su país.  El camino de Bayan lo llevó a Argentina.

En Buenos Aires, gracias a al ayuda de un hombre senegalés, contactó a la Comisión Nacional para los Refugiados de Argentina (CONARE). Eventualmente se le reconoció el estatuto de refugiado y se le brindó ayuda y protección.  Pero las cosas realmente comenzaron a mejorar cuando un cazatalentos del club Boca Junior – uno de los mejores clubes de fútbol del país- lo descubrió jugando fútbol con unos amigos en un parque de Buenos Aires.  Bayan fue contratado y ahora juega en la división juvenil del club.

Sin embargo Bayan aún extrañaba a su hermano. “Él es la única familia que tengo, seré tan feliz su él está cerca mio” señaló.  El club lo ayudó a volver a contactar a su hermano a través de los medios sociales y ACNUR ayudó a reunificar a ambos muchachos.  Ahora, ambos viven en Argentina. “Quiero ser el primer jugador de fútbol de ascendencia africana que juegue en la selección nacional Argentina”.  Mientras sueña con un futuro brillante, Bayan recuerda a sus padres y a todos los demás que no sobrevivieron. “Siempre rezaré por ellos, se que estarían muy orgullosos de mi”, dice.


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