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Alto Comisionado visita Hungría y hace un llamado a un mayor acceso al asilo, a acabar con la detención y a ser más solidarios con los refugiados

Durante el proceso de asilo, los solicitantes de asilo, incluyendo niños, son mantenidos en las “zonas de tránsito”, en las cuales se restringe su libertad de movimiento.

BUDAPEST, Hungría, 12 de septiembre de 2017 (ACNUR) – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, hizo un llamado a Hungría para que mejore el acceso de las personas que buscan asilo y acabe con las llamadas “zonas de tránsito” fronterizas, que según dijo, son en efecto centros de detención.

En Budapest, él se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, y el de Interior, Sándor Pintér, y recalcó que la Agencia de la ONU para los Refugiados reconoce el derecho que tienen todos los países de proteger sus fronteras. Sin embargo, él dijo: “la protección de los refugiados y la seguridad del país se pueden lograr al mismo tiempo”. Él también hizo énfasis en la importancia de la solidaridad europea y de todos los estados miembro, incluyendo Hungría, que forman parte del programa para reubicar a solicitantes de asilo desde Grecia e Italia.

En sus reuniones, Grandi expresó su preocupación por que los solicitantes de asilo, incluyendo niños, son mantenidos en las “zonas de tránsito” durante el proceso de asilo. “Los niños, en particular, no deberían estar confinados en detención”, dijo Grandi el martes en un recorrido de la zona de tránsito Röszke, en la frontera de Hungría con Serbia, durante su visita de dos días al país centroeuropeo. También destacó que los niños menores de 14 años que llegan a Hungría solos son transferidos a un centro abierto, donde obtienen un cuidado apropiado, y alentó a Hungría a mantener esta instalación y que sea ampliada para incluir a niños no acompañados mayores.

“Solicitar asilo no es un crimen”, dijo. “Los refugiados que he conocido simplemente están buscando seguridad en Europa y están extremadamente ansiosos por su futuro”. Grandi hizo un llamado al Gobierno para que suavice las restricciones para que los solicitantes de asilo que entran en el país no enfrenten obstáculos y que sus casos sean escuchados en línea con los compromisos internacionales de Hungría.

En su visita matutina a Röszke , Grandi conoció a niños no acompañados que estaban en la zona de tránsito, incluyendo dos chicos de 14 años que viajaron solos al país. Ahmad, de Alepo, Siria, huyó hace dos años cuando tenía tan solo 12 y llegó a Hungría hace un mes después de un horrendo viaje. Él le dijo al Sr. Grandi que esperaba que le reconocieran su condición de refugiado porque su familia estaba en peligro y su esperanza era rescatarlos al solicitar la reunificación familiar. Suleyman, de Kabul, mostró una gran cicatriz en su brazo que según cuenta, fue resultado del ataque de un talibán en su ciudad natal. Él dice que teme ser forzado a retornar y que le gustaría quedarse en Hungría. Los refugiados en Röszke viven en contenedores en pequeñas instalaciones. Se les brinda atención médica y otros servicios, y recientemente comenzaron a realizarse actividades informales para los niños. Los solicitantes de asilo se quejan principalmente de la falta de información sobre el proceso de asilo y de ser encerrados sin libertad de movimiento más allá de las muchas cercas de alambre.

Durante los últimos años, Hungría ha limitado sistemáticamente su sistema de asilo a través de medidas legales restrictivas, y virtualmente ha eliminado el apoyo estatal para que los refugiados reconocidos continúen con su vida y se integren. Hungría también ha establecido barreras físicas, incluyendo cercas alambradas a lo largo de las fronteras sur y restringe el acceso al asilo al permitir que solo 10 solicitantes de asilo ingresen al país cada día laboral. “Cuando estaba frente a la barrera fronteriza hoy, sentí que el sistema estaba diseñado para mantener fuera del país a las personas, muchas de las cuales huyen de la guerra y la persecución, y prevenir que muchas otras hagan solicitudes de asilo legítimas”, dijo el Sr. Grandi.

Una vez que los solicitantes de asilo entran a dos zonas de tránsito, los índices de reconocimiento de la condición de refugiados son muy bajos, incluso para las personas provenientes de países afectados por la guerra como Irak y Afganistán, a pesar de que los interlocutores gubernamentales del Alto Comisionado le informaron que están trabajando en mejorar los procedimientos.

Durante su visita, el Sr. Grandi también visitó el Centro Global de Servicios en Budapest, donde trabajan cerca de 500 funcionarios. Estos incluyen a cerca de 300 nacionales húngaros que brindan apoyo esencial a miembros del ACNUR que protegen a refugiados en todo el mundo. Él expresó su gratitud con el Gobierno húngaro por su apoyo al Centro y a los funcionarios que dedican sus habilidades profesionales a servir a los refugiados.

 

Para mayor información:

  • En Budapest, Kitty McKinsey, mckinsey@unhcr.org, + 36 30 530 9633