Nigeria se consagra bicampeona de la Copa de Refugiados en São Paulo
SÃO PAULO, Brasil, 25 de septiembre de 2017 (ACNUR) - Ambos equipos confiaban poderse llevar el título de campeones de la cuarta edición de la Copa de Refugiados, el mayor campeonato deportivo para personas refugiadas y solicitantes de asilo en Brasil.
Nigeria y Marruecos llegaron al estadio Pacaembú el pasado domingo (24) con un único objetivo: “ganar”. Ambas selecciones llegaron a la final del torneo de forma invicta, luego de haber ganado cuatro partidos. Pero sólo uno de los dos equipos podía levantar la copa al final de los noventa minutos y Nigeria confirmó el pronóstico, convirtiéndose en bicampeona del torneo.
“Estamos muy felices y satisfechos con este logro porque desde el inicio sabíamos que teníamos un buen equipo, una propuesta de juego abierta y muchas ganas de vencer. Con esa combinación, el resultado no podría haber sido otro”, afirmó el mediocampista Ibrahim, de 19 años, que llegó a Brasil hace apenas dos meses.
El contundente resultado de 9 a 4 reflejó el juego en sí: los equipos buscaron atacar todo el tiempo, siendo motivados por una emocionada hinchada que mezcló brasileños, refugiados y migrantes en cantos de muchos ritmos e idiomas.
“Salimos del Pacaembú con la cabeza en alto. Sabíamos que sería un juego difícil y aunque nos habíamos preparado mucho para este momento, perdimos un juego pero ganamos muchos corazones”, dijo Hassan, capitán del novato equipo de Marruecos, que en su primer año de competencia ya llegó a la final.
La Copa de Refugiados fue organizada por África del Corazón, entidad compuesta por refugiados y migrantes que se dedican a prestar servicios y orientación a las personas recién llegadas a Brasil. Con el apoyo de la Agencia de la ONU para refugiados (ACNUR), de la Secretaría Municipal de Deportes, de Cáritas Arquidiocesana de São Paulo, de la Cruz Roja, y de las empresas Sodexo y Netshoes, la cuarta edición del evento fue la mayor realizada hasta el momento, contando con la participación de 250 jugadores, que orgullosamente representaron a sus 16 países de origen.
“El fútbol trae para ellos momentos de alegría, unión y emoción. Ellos se veían radiantes por haber tenido la oportunidad de jugar en el mismo campo en que jugaron grandes ídolos del fútbol mundial. Para nosotros fue emocionante verlos participar de la “Virada Esportiva”, expresa el el Secretario Municipal de Deportes y Recreación de São Paulo, Jorge Damiao.
Seguramente, para los jugadores que estuvieron en el Pacaembú fue la realización de un sueño el estar en aquel templo del fútbol, tanto para quien disputó el juego, como para aquellos que acompañaron desde el banco de reservas, sin poder jugar. Este fue el caso de Ali, jugador de 22 años que defendió la selección de Irak, eliminada en cuartos de final del torneo.
“Vine aquí para dar fuerza al equipo de Marruecos, ya que este año mi equipo no consiguió alcanzar el objetivo de la final. Pero después de haber llegado tan cerca, vamos a entrenar fuerte para que el año que viene podamos estar aquí”, aseguró el joven que nació en Bagdad y que ya vive en Brasil desde hace cuatro años.
Ali resumió bien el deseo de los más de 200 jugadores que ya se preparan para dar lo mejor en 2018, año en que será realizada la Copa del Mundo en Rusia y la 5ta edición de la Copa de Refugiados en São Paulo.
Por Miguel Pachioni y José Pelé*, de São Paulo, Brasil.
*José Pelè es periodista y refugiado en Brasil. Llegó a Brasil en 2013 y trajo su familia a inicios de 2017. En la tarde del domingo pudo cumplir su deseo de volver a cubrir un campeonato deportivo, algo que solía hacer en Angola, antes de tener que abandonar su país luego de ser amenazado. Amante del fútbol, no por casualidad se llama “Pelé”.
Gracias al Voluntario en Línea Javier Olives por el apoyo ofrecido con la traducción del portugués de este texto.