Ganador de Nansen da nueva esperanza a las niñas huérfanas por el conflicto de Boko Haram
MAIDUGURI, Nigeria, 19 de septiembre de 2017 (ACNUR) - Las mejillas de Hauwa Madu, de 13 años, se llenan de lágrimas al recordar la muerte de su padre, hace tres años, a manos de uno de los grupos terroristas más temidos del mundo.
Mientras juguetea nerviosamente con las manos, Hauwa rememora en voz baja como unos hombres armados pertenecientes a Boko Haram entraron en su pequeña vivienda de una aldea cercana a Damboa, al nordeste de Nigeria, y mataron a su padre de un disparo.
“Mi padre estaba haciendo las abluciones previas al rezo y de repente entraron y le dispararon en su habitación”, relata con voz queda.
La tragedia la golpeó de nuevo unas semanas más tarde. El hermano mayor de su padre, su tío, llegó a la aldea para llevarlas a Maiduguri, la capital del estado de Borno, donde el grupo insurgente Boko Haram ha sacado a cientos de miles de personas de sus casas y asesinado al menos a 20.000.
“El sueño de llegar a ser doctora se desvanecía”.
“Mi tío pensó que estaríamos más seguras allí porque los miembros de Boko Haram estaban tomando el control alrededor de la aldea, pero en el camino, mi madre, que estaba embarazada, murió en el parto”, añade Hauwa.
Hauwa se mudó con sus tíos y los seis hijos de estos, algunos de los cuales se sintieron resentidos por la presencia de la recién llegada. Con tan solo 10 años, Hauwa afrontaba una vida sin educación y con pocas esperanzas. Sus sueños de llegar a ser doctora se desvanecían.
Sin embargo, su tía había oído hablar de la Escuela de la Fundación Islámica de Zannah Mustapha para huérfanos y niños vulnerables que, a diferencia de otras escuelas, ofrecía una educación gratuita. Hauwa fue aceptada y desde entonces su vida se vio transformada.
“Cuando pienso en mis padres me pongo triste, los echo de menos”, cuenta Hauwa. “Pero me encanta esta escuela y estudiar. He hecho dos buenas amigas y el señor Mustapha es un hombre muy bueno. Cuida de todos nosotros. Nos ofrece comida, libros y educación gratuita. Todavía sigo queriendo estudiar medicina y creo que podré tener la oportunidad de hacerlo”.
El alumnado de las dos escuelas de Mustapha, conocidas como Future Prowess Uno y Dos, también recibe al menos una comida al día ya que muchos de los niños llegan a la escuela con hambre.
“Esta escuela es como mi hogar ahora. Puedo volver a pensar en el futuro gracias a lo que él ha hecho por nosotros”, añade Hauwa.
El alumnado de la escuela procede de todos los bandos del conflicto. Los hijos de aparentes miembros de Boko Haram estudian junto a los hijos de miembros de los servicios de seguridad, musulmanes junto a cristianos.
“Es imposible que un niño aprenda con el estómago vacío”.
“Todo el mundo aquí necesita una tabla de salvación, una nueva oportunidad... De una manera u otra todos son víctimas de esta terrible insurgencia”, declaró Mustapha en una entrevista con ACNUR en la que explicaba el origen de la escuela y de otro proyecto relacionado que apoya a las viudas del conflicto, puesto también en marcha a través de la Fundación Islámica Future Prowess en 2007.
“Es imposible que un niño aprenda con el estómago vacío”, explicó Mustapha. “Hay que proporcionarles todo lo necesario, incluyendo los uniformes, pero gracias a las aportaciones de nuestros numerosos colaboradores hemos sido capaces de hacerlo”.
Mustapha ha sido el ganador en 2017 del prestigioso Premio Nansen para los Refugiados.
“Tengo muchas esperanzas puestas en que este premio nos ayude a progresar y a proporcionar becas para estudios superiores... Muchos de los alumnos de los comienzos de la escuela están ya preparados para ir a la universidad y debemos encontrar un modo de financiarlo”, declaró Mustapha.
Por Jonathan Clayton
Gracias a la Voluntaria en Línea Verónica Díaz por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.