Ganadoras 2014
La Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro es un grupo de valientes mujeres que a menudo ponen en riesgo sus propias vidas para ayudar a las víctimas del desplazamiento y los abusos sexuales en Buenaventura, Colombia.
En un país con 5,7 millones de personas desplazadas por el conflicto, Buenaventura representa un testimonio gráfico. La ciudad cuenta con una de las mayores tasas de violencia y desplazamiento debido a la escalada de violencia entre grupos armados ilegales. Lamentablemente, las mujeres a menudo se convierten en el objetivo. Estos grupos violan a mujeres y niños para demostrar su poder y fuerza. Las mujeres son torturadas, violadas o asesinadas como venganza frente grupos armados rivales.
Las Mariposas ofrecen asesoramiento y apoyo a las víctimas de abusos y a las personas en situación de riesgo y está en contacto con las comunidades para educar a las mujeres y presionar a las autoridades para que defiendan los derechos de las mujeres.
Muchas miembros de las Mariposas han sido desplazadas por la fuerza debido al conflicto armado en Colombia o cuentan con familiares asesinados o desaparecidos a causa del mismo. Muchas también han sido víctimas de la violencia doméstica y sexual. Es esta experiencia lo que las empuja a proseguir con su labor a pesar de los riesgos.
A pie o en autobús, Gloria Amparello, Maritza Yaneth y Mery Medina, tres de las coordinadoras de las Mariposas, se mueven con cautela por los barrios más peligrosos para ayudar a las mujeres a acceder a atención médica y psicológica, así como las acompañan a denunciar los delitos. Mediante talleres periódicos, también les enseñan conocimientos prácticos que les permitan ganarse la vida y conocer sus derechos. Hasta ahora, las voluntarias de Mariposas han cambiado las vidas de más de 1.000 mujeres y las de sus familias.
La Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro se ha convertido en fuerza motriz de la sensibilización sobre los altos niveles de violencia contra las mujeres. Pese a atraer la atención de los grupos armados, organizan protestas, y marchan por las calles de Buenaventura reclamando a gritos ‘¡No más abusos contra las mujeres!’, decididas a derribar el muro del miedo y el silencio.
Desplazamiento en Colombia
Colombia ocupa el segundo lugar, solo por detrás de Siria, en cuanto a número de desplazados internos.
Según datos oficiales del Gobierno, 5,7 millones de personas se han visto forzadas a huir de sus hogares (desde 1997).
Violencia sexual y por motivos de género (VSG)
El 80% de las personas desplazadas en Colombia son mujeres y al menos el 50% de las mujeres desplazadas ha experimentado la violencia sexual y por motivos de género. Se trata al mismo tiempo de una causa directa del desplazamiento y de un arma de guerra utilizada por los grupos armados para tratar de imponer su control sobre las comunidades.
La Situación en Buenaventura
La escalada de violencia entre grupos armados ilegales rivales es la principal causa del número creciente de personas desplazadas. Gran parte de la población está en situación de riesgo.
Existe un temor generalizado a la violencia armada y a todo lo que ésta conlleva: reclutamiento de menores, violencia sexual, asesinatos, torturas, desapariciones. En muchos casos, huir es la única salida. Muchas de las personas desplazadas por esta violencia viven en los barrios más pobres de la ciudad y carecen de acceso a los servicios básicos.
En el primer semestre de 2014, once mujeres han sido asesinadas y tres de ellas han sido encontradas descuartizadas. Esta cifra ya supera el número de mujeres asesinadas en todo 2013.
- Hoja informativa en PDF: Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro
Este informe está basado en entrevista y trabajo de investigación. El informe demuestra cómo en Colombia la violencia afecte de manera desproporcional a las mujeres, en particular a las mujeres afrocolombianas, y cómo los grupos armados sistemáticamente recurran a la violencia sexual como táctica de guerra en el marco del conflicto interno.
“Somos todos víctimas, de una manera colectiva. Lo que le pase a mi vecino me pasa también a mí, afecta a toda mi comunidad. La violencia armada en general y la violencia sexual en particular ha acabado con las costumbres familiares y culturales de nuestra tradición. La gente ya no se queda sentada en la puerta de su casa compartiendo o jugando bingo, ni se habla con los vecinos, por miedo las venganzas. La violencia sexual ha reducido mi seguridad y mi capacidad de relacionarme con los demás. Me volví callada y desconfiada”.
Testimonio de una integrante de la Comunidad de Buenaventura.