A pesar de su potencial, los jóvenes refugiados tienen una gran desventaja para acceder a la educación universitaria así como a la capacitación técnica y vocacional.
Para alcanzar un nivel educativo universitario, un joven refugiado tiene que sobrepasar barreras significativas, y solamente uno de cada cien lo logra. En comparación, un tercio de las personas jóvenes con edad universitaria en todo el mundo asiste a la universidad. A pesar de su potencial, los jóvenes refugiados tienen una gran desventaja para acceder a la educación universitaria, así como a la capacitación técnica y vocacional.
Los refugiados con educación superior pueden ser líderes de sus comunidades, creando negocios y empresas sociales, o construyendo infraestructura como ingenieros, científicos o especialistas en tecnología. Ellos pueden cabildear para obtener mejoras en los servicios públicos como políticos y encargados de campañas, y demandar un mejor futuro a través de la educación, empleo, y la protección y el cuidado de jóvenes. Al hacerlo, ellos apoyan y contribuyen con la paz y la estabilidad, a nivel local, nacional y regional. Los refugiados con buenas calificaciones tienen mejores oportunidades de encontrar trabajo y contribuir con la economía de sus países de acogida o cualquier lugar en el que vivan, ganando experiencia valiosa, así como aumentando su autosuficiencia y capacidad de apoyar a sus familias y parientes.
Por estas razones, la educación superior forma una parte integral del mandato del ACNUR para proteger y apoyar a los refugiados del mundo. Aumentar las oportunidades es una prioridad, ya que hay una gran escases de opciones. Las becas, los cursos y los programas de aprendizaje conectados, que estén disponibles, están siendo tomados con ambas manos, y moverse a la educación superior debería ser un progreso natural para los refugiados, no una excepción.
Encontrando un camino para innovar y conectarse
Los refugiados pueden encontrarse en lugares remotos pero eso no significa que deban ser sacados del resto del mundo. Aparte de las comunicaciones disponibles en los pueblos y ciudades, muchos campamentos de refugiados están equipados con acceso a internet, permitiendo el aprendizaje en línea como complemento de la enseñanza cara a cara en las aulas.
Cada vez con más frecuencia, las universidades de todo el mundo usan el internet, por ejemplo, poniendo conferencias y otros materiales en línea para que puedan ser vistas antes de que un estudiante llegue a la lección. Algunas instituciones están llevando el aprendizaje en línea más allá al facilitar cursos que les permitan a los estudiantes de diferentes países y contextos, incluyendo campamentos de refugiados, estudiar juntos.
En asociación con universidades, donantes y otras organizaciones, el ANCUR, la Universidad de Ginebra y otros socios formaron el Consorcio de Aprendizaje Conectado para la Educación Superior de los Refugiados. Los cursos conectados combinan acceso digital con aprendizaje cara a cara. Desde 2004, estas iniciativas han dado programas acreditados para más de 5.000 estudiantes refugiados en nueve países. En 2016, se espera que 350 nuevos estudiantes se beneficien de programas de aprendizaje para grados y diplomas, con acreditación de instituciones en Australia, Canadá, Alemania, Kenia, Suiza y Estados Unidos.
Los refugiados con educación superior se pueden convertir en líderes en sus comunidades.
El aprendizaje en línea es una manera importante para llevar una forma flexible de aprendizaje a los refugiados. Sin embargo, el punto clave sobre el aprendizaje digital es que este lleva a calificaciones aprobadas, tanto para los refugiados como para los nacionales de los países de acogida.
El uso de la tecnología y el internet no está restringido a la educación superior. Usar teléfonos móviles, laptops, lectores tecnológicos y tabletas, le permiten a las personas jóvenes estudiar en casa, incluso si tienen obligaciones familiares y domésticas. Los libros digitales ayudan a desarrollar habilidades literarias y un amor por la lectura desde una corta edad, particularmente en lugares donde es difícil dar suficientes copias impresas. La capacidad de empacar miles de recursos educativos en un solo dispositivo hace que estas herramientas sean apropiadas para los entornos de refugiados, ayudando a los profesores a desarrollar lecciones donde los niños aprendan a través del juego y la exploración.
El aprendizaje de idiomas, la capacitación de los profesores y las redes de apoyo, los programas conectados de aprendizaje certificados y la riqueza de la información en el internet, como los documentales, las conferencias, los canales de noticias, los juegos educativos y las bibliotecas en línea pueden mejorar la educación de los refugiados. Como lo planteó un profesor, explicar el ciclo de la caída del agua a niños nacidos en zonas áridas es más fácil cuando los estudiantes ven videos que les muestran montañas y océanos por primera vez.