Trabajando por la gente y el medio ambiente
La mayoría de los refugiados del mundo se encuentra en las zonas marginales de los países pobres y en desarrollo. Las huellas o el impacto ambiental que las actividades de los refugiados dejan en esos lugares, suelen ser de una magnitud y una duración considerables. El simple acopio de materiales —para los albergues o para tener leña para cocinar— puede ocasionar graves problemas de deforestación y erosión de suelos. Los recursos naturales se ven amenazados por la llegada repentina de un elevado número de personas. En casos extremos, este fenómeno ocurre prácticamente de la noche a la mañana.
Aunque en los momentos de crisis las preocupaciones ambientales han tendido a ocupar un segundo lugar con respecto a las necesidades humanitarias, cada vez se tiene más conciencia acerca de la estrecha relación que existe entre el bienestar de la población y un medio ambiente saludable.
Uno de los propósitos del ACNUR y los organismos colaboradores al trabajar con las poblaciones de refugiados y con las comunidades locales, es reducir al mínimo el impacto ambiental que supone una operación de refugiados. En la actualidad se trabaja en la formulación de soluciones novedosas y diferentes que les permitan a las poblaciones de refugiados desempeñar un papel más activo en el manejo y la rehabilitación del medio ambiente. En las operaciones que lleva a cabo ACNUR alrededor del mundo, todos los días se aprenden —y se ponen en práctica— valiosas lecciones.