Historias de microcrédito

Refugiado colombiano en Guasdualito, Venezuela

 Llegué a Venezuela con mi esposa y mi dos hijos hace tres años. Fui amenazado por grupos ilegales armados varias veces y desde el campo, cruce la frontera y vine directamente a la ciudad de Guasdualito. Nunca entendí por qué me amenazaban yo no tenía nada de valor, pero ellos solían repetir “Obedece o ustedes saben lo que les va a pasar”.  Salimos en una noche oscura en barco para no correr demasiado riesgo. Desde la  oscuridad he vuelto de nuevo a vivir. Tengo de nuevo un trabajo, un terreno, una casa y unos amigos.

Reconstruir toda una vida no fue fácil. Cuando llegue tenía miedo, no conocía la gente, no conocía el país y no sabía por dónde empezar. En el medio de esta desorientación pude contar con el apoyo de organizaciones humanitarias como ACNUR que me entrevistó y dió seguimiento a mi solicitud de asilo ante las autoridades. Además pude tener acceso al sistema de micro crédito que me permitió empezar mi negocio de naranjas. Trabajo desde las 8 AM hasta las 4 PM y con ello puedo ganar unos 60,00 bolívares diarios. Con esta suma al final del mes puedo pagar mi renta, comer y mandar los niños a la escuela.

Wilson es una de los 46.000 personas  que se encuentra en situación de refugiado, fuera de su hogar y en desarraigo, pero luchando por restablecer las condiciones para una vida normal sin amenaza alguna.