Tamaño del texto A A A

Alumnas nigerianas de la escuela del ganador del Premio Nansen vuelven a soñar

La Escuela de la Fundación Islámica Future Prowess devuelve la esperanza perdida por el conflicto con Boko Haram.

MAIDUGURI, Nigeria, 21 de septiembre de 2017 (ACNUR) – Presenciamos la asamblea de la mañana en el Treasures Richfield College, un pequeño instituto de educación secundaria en Maiduguri, la polvorienta y ventosa capital del estado de Borno, al nordeste de Nigeria.

A pesar de que aún es temprano, un sol abrasador hace que se perlen de sudor las frentes de los alumnos que, entusiasmados, esperan  en fila frente a un modesto escenario de madera. La música empieza a sonar a todo volumen por un altavoz situado a un lado del escenario. El instituto tiene recursos limitados pero grandes ambiciones. Y hoy es un día especial.

Fannah Mohammed Ali, de 16 años, temió que no llegaría a vivir un día como este. La acaban de nombrar la nueva delegada del instituto tras pasar un riguroso proceso de selección. Hace cinco años, sin embargo, estuvo a punto de verse obligada a dejar los estudios.

“Pensé que mis días en la escuela se habían terminado para siempre.  Perdí la esperanza”.

“Mi padre era soldado, mi hermano también... y los dos fueron asesinados por Boko Haram”, contó a ACNUR.  Su madre tuvo entonces que mantenerla a ella y al resto de la familia vendiendo carbón y leña. “Pensé que mis días en la escuela se habían terminado para siempre. Perdí la esperanza”.

Pero una amiga le habló a su madre acerca de la Escuela de la Fundación Islámica Future Prowess de Zannah Mustapha, creada para ayudar a aquellos niños huérfanos, desplazados y en situación de vulnerabilidad por causa de la insurgencia que ha acabado con miles de vidas y desplazado a cientos de miles de personas de sus hogares.

 

Fannah fue aceptada. Desde entonces no ha vuelto la vista atrás. Hoy su ambición es llegar a ser doctora.

“Si hoy puedo pensar en el futuro es gracias a lo que Mustapha ha hecho por nosotros”.

Mustapha,  ganador del Premio Nansen para los Refugiados de ACNUR de este año, proporciona al alumnado educación gratuita, uniformes y comida. Pero, para muchos, lo más importante es que les devuelve la esperanza.

“Puedo pensar en el futuro gracias a lo que ha hecho por nosotros... después de la muerte de mi padre pensé que no volvería a ser feliz, y sin embargo, hemos llegado hasta aquí”, declaró Fannah. 

La Fundación Islámica Future Prowess costea las tasas que permiten que Fannah pueda asistir al centro Treasures Richfield. Una de sus mejores amigas, Zeinab Ibrahim, otra de las huérfanas de la escuela de Mustapha, estudia en el mismo instituto y ha sido nombrada también representante de sus compañeros.

“Hoy ha sido un gran día, un día feliz,  pero se lo debemos todo al señor Mustapha y siempre lo consideraremos como un padre. Nos ha tratados a todos como iguales. Es un hombre muy bueno”.

 

Por Jonathan Clayton

Gracias a la Voluntaria en Línea Verónica Díaz por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.