Doña Nancy
Doña Nancy muestra con orgullo su camiseta donde dice “Voluntaria”. Con una carpeta y largas caminatas, esta mujer ecuatoriana de mediana edad, conoce palmo a palmo su barrio, el Guasmo, en Guayaquil. Una barriada inmensa crecida alrededor del río que se come la ciudad. Y donde la población refugiada se invisibiliza. Nancy les visita, les conoce, les guía.
“Cuando me propusieron este proyecto de atención a las familias refugiadas, mucha gente me dijo que por qué iba yo, como ecuatoriana, a implicarme en algo así. Pero me dije: yo me voy a arriesgar, aunque me digan que es peligroso”, asegura esta mujer robusta y curtida que desde hace varios meses ofrece orientación a población refugiada o en necesidad de protección en esta zona periurbana de la gran ciudad ecuatoriana.