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Déficit de fondos genera incertidumbre para los refugiados sirios en condiciones desesperadas

La escasez de más de $ 1 mil millones de dólares para 2017 amenaza la asistencia vital del ACNUR para 60.000 familias vulnerables en Jordania y Líbano.

SAHAB, Jordania, 06 de junio de 2017 (ACNUR) - Durante los últimos cinco años como refugiada en Jordania, Fatmeh dice que ha tenido que tomar decisiones que ninguna madre debería enfrentar. Separada de su marido y obligada a criar a sus ocho hijos sola, su vida ha sido una batalla constante para mantener un techo sobre sus cabezas, poner comida sobre la mesa y cuidar de su hijo gravemente enfermo.

"Cuando llegamos no tenía forma de pagar el alquiler, así que tuve que dejar a mis hijos solos mientras salía a limpiar casas”, dijo la madre de 31 años, proveniente de Alepo. Todavía incapaz de cubrir todos sus costos, sus dos hijos mayores, que actualmente tienen 14 y 15 años, vendían calcetines en las calles en un intento de ganar dinero extra.

A pesar de sus esfuerzos, Fatmeh fue incapaz de mantenerse al día con el alquiler y fueron desalojados. Lo peor estaba por llegar cuando su hijo Loay, ahora de dos años de edad, fue diagnosticado con cáncer de vejiga, por lo que requería un costoso tratamiento que ella no podía pagar.

Después de encontrar un apartamento más barato en la ciudad industrial de Sahab, en las afueras del sudeste de la capital Amán, el año pasado finalmente recibió algunas buenas noticias, cuando el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, le informó que recibiría una ayuda mensual en efectivo por 155 Dinares jordanos ($ 220 dólares).

“La ayuda en efectivo es literalmente lo que está manteniendo vivo a mi hijo. Sin ella no sé cómo podríamos seguir viviendo”.

Mayormente, ella usa el efectivo para pagar por la radioterapia de su hijo, incluso si eso significa atrasarse con la renta y endeudarse cada vez más. “La ayuda en efectivo es literalmente lo que está manteniendo vivo a mi hijo. Sin ella no sé cómo podríamos seguir viviendo”, dijo ella.

La familia de Fatmeh es uno de los 30.000 hogares de refugiados sirios en Jordania que actualmente recibe asistencia mensual en efectivo, un tercio de estos dependen completamente de esta ayuda.

Pero una preocupante falta de fondos para la respuesta de la Agencia para la situación de Siria, particularmente en Jordania y Líbano, significa que la asistencia de primera necesidad podría agotarse a finales de junio, afectando a un total de 60.000 familias en ambos países.

La actual escasez de fondos para la crisis en Siria es de más de $1 mil millones de dólares, de los cuales $187 millones se necesitan urgentemente para evitar la interrupción de la ayuda en efectivo y otras ayudas vitales en Jordania y Líbano, dijo el portavoz del ACNUR, Andrej Mahecic, en una conferencia de prensa en Ginebra.

“A pesar de los generosos compromisos, los programas humanitarios en apoyo a los refugiados sirios y las comunidades que los acogen rápidamente se están quedando sin fondos”, dijo Mahecic a los reporteros en el Palacio de las Naciones.

“Se requieren contribuciones adicionales de forma urgente para evitar recortes drásticos y significativos… a los servicios”.

“Se requieren contribuciones adicionales de forma urgente para evitar recortes drásticos y significativos tanto a los servicios básicos y de primera necesidad a los refugiados sirios en la segunda mitad del año”, añadió.

Entre las personas que dependen de la ayuda en efectivo se encuentra Hasan, de 43 años y padre de ocho. Él es proveniente de los suburbios del este de Alepo y ha sido refugiado en Jordania por los últimos tres años. Una condición ocular degenerativa lo ha dejado casi completamente ciego e incapaz de trabajar, y la familia depende de los 155 dinares que recibe del ACNUR cada mes para cubrir la renta de su apartamento.

A pesar de esta ayuda, la familia aún debe tomar difíciles decisiones para poder sobrevivir. Hasan solo puede costear enviar a dos de sus hijos a la escuela, la familia puede comer carne solo una vez por semana y dependen de las donaciones de ropa de las caridades locales. Aun así, para él, las actuales dificultades son mejores que la alternativa.

“Antes, tenía que pedir prestado para pagar la renta, y tenía deudas de hasta 2.500 dinares. Ahora me siento más seguro porque sé que por lo menos puedo pagar la renta. Si la ayuda en efectivo se acabara, sería una catástrofe. Tendría que recorrer las calles con mis hijos, pidiendo dinero”.