Actualmente, la violencia y persecución, ejercida principalmente por actores criminales no tradicionales y no estatales (maras y pandillas) afectan de manera desproporcionada a niños, niñas y adolescentes en los países de la región denominada Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala), forzándolos a abandonar sus países, solos o en compañía de familiares hacia México y Estados Unidos.
Según el estudio Arrancados de Raíz, realizado por ACNUR en la frontera sur de México, con financiamiento del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO), un 48.6% de los niños, niñas y adolescentes no acompañados entrevistados habrían salido de sus países a causa de la violencia y la persecución, pudiendo requerir protección como refugiados. Los menores no acompañados o separados que huyen de sus países ven truncado su proceso educativo ante la necesidad de proteger sus vidas. Durante su huida, tienen acceso limitado o nulo a programas educativos, de salud y servicios psicosociales que son primordiales para su desarrollo; servicios que también son limitados en los albergues y centros de detención migratoria a lo largo de la ruta.
ACNUR y el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO) iniciarán el proyecto de “Niños de Paz” en San Marcos y Petén en Guatemala, y en Ixtepec, Tenosique y Tapachula, al sur de México para promover la protección de la niñez no acompañada centroamericana a través de actividades educativas, recreativas y lúdicas. “Niños de Paz” se enfoca en la protección de los menores que se encuentran en albergues y/o centros de detención migratoria en México o Guatemala a través de actividades educativas y recreacionales, el fortalecimiento de las capacidades de autoridades e instituciones claves y de la sociedad civil, en mejorar la infraestructura de los centros y albergues y establecer mecanismos de identificación de los menores con necesidades educativas y de protección.