Desde la izquierda: Maritza Asprilla Cruz. Se unió a las “Mariposas” hace dos años. Enseña a las mujeres acerca de cuidados personales. Gloria Amparo Murillo. Ella es cofundadora de las mariposas. Se enfrentó a amenazas directas después de ayudar a una madre y su hija víctimas de violencia doméstica. Mery Medina. Coordina un grupo de 30 mujeres cuyos maridos e hijos han sido asesinados o han desaparecido. ACNUR/L.Zanetti/2014

Cruda realidad: La relativa calma aparente de la ciudad portuaria de Buenaventura esconde los niveles de brutalidad que afectan sus calles. Grupos armados rivales marcan sus territorios y los residentes tienen cuidado de no cruzar estos límites. Quienes se equivocan y los cruzan, pueden hacer frente a muerte, mutilación, secuestro o violación. ACNUR/ L.Zanetti

Los más vulnerables: Los barrios marginales ribereños son las zonas más afectadas por la violencia y el desplazamiento. Las mujeres y los niños se convierten frecuentemente en el objetivo. De acuerdo con las cifras oficiales, cerca de 51.000 personas en Buenaventura se vieron forzadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia armada entre 2011 y 2013. ACNUR/ J.Arredondo

Fronteras invisibles: Para poder llegar a las mujeres en peligro, las voluntarias de Mariposas deben cruzar estas fronteras invisibles creadas por los grupos armados. A pesar de los riesgos, Mery Medina cree que la sensibilización sobre la violencia sexual en situación de conflicto ayudará a las mujeres, sus familias y sus comunidades a sanar y hacerse más fuertes. ACNUR/ J.Arredondo

No hay refugio frente a la violencia: Luz Dary Santiesteban huyó a Buenaventura en 1995 para escapar de la violencia, pero se encontró con una seguridad ilusoria. En 2004, miembros de un grupo armado amenazaron con violar a la hija de Luz como castigo por su activismo comunitario. Luz se interpuso y fue violada por el grupo. Años después, tras unirse a Mariposas, logró reunir el valor para denunciar este delito. Luz afirma que denunciar lo sucedido fue como “eliminar un cáncer que me estaba consumiendo”. ACNUR/ J.Arredondo

Valorarse: Maritza Asprilla Cruz dirige un taller semanal que educa a las mujeres sobre sus derechos. “Si ustedes no se valoran, nadie las va a valorar”, señala Maritza a las participantes. Mariposas creen que reforzar la autoestima ayudará a las mujeres a evitar la espiral de violencia, extorsión y desplazamiento que se ha convertido una realidad cotidiana para muchas personas en Buenaventura. ACNUR/ J.Arredondo

Manos amigas: En una sociedad donde la violencia impregna toda la vida diaria, existe una falta total de confianza. El sistema de apoyo de Mariposas se basa en la tradición de los comadreos, donde se ofrece amor y apoyo incondicional a todas las personas que se acogen bajo el ala de las Mariposas. Esta solidaridad permite que las personas recuperen su autoestima y confianza recíproca. ACNUR/ J.Arredondo

Conoce tus derechos: Gloria Amparo explica el programa de acompañamiento de Mariposas a las mujeres más jóvenes. Ella está convencida de que la manera de empoderar a las mujeres que sufren desplazamiento forzado y abusos es velar por que conozcan sus derechos. “Cuando una mujer conoce sus derechos, tiene entonces opciones y puede tomar decisiones. Conociendo tus derechos, puedes defenderte mejor a ti misma y a tu comunidad”, dice. ACNUR/ J.Arredondo

Romper el silencio: La falta de confianza en las instituciones locales y el acceso limitado a clínicas y hospitales disuade a las mujeres de denunciar los delitos y de recibir la atención médica que necesitan. Mery Medina ayuda a las mujeres en cada uno de los pasos de un proceso que puede ser angustioso. Mery cree que hablar de la violencia sexual en el conflicto es la única manera de ponerle fin. ACNUR/ J.Arredondo