Eliminando la brecha
La educación secundaria merece una atención urgente porque es allí donde los estudiantes, sus familias y sus comunidades experimentan un beneficio real de una educación apropiada.
Si puede resultar difícil encontrar un lugar en la escuela primaria, a nivel de educación secundaria los obstáculos pueden parecer insuperables. Es usual que la educación de un refugiado tenga un final prematuro en la escuela primaria. Entre los 2,5 millones de adolescentes refugiados en edad de educación secundaria, cerca de 2 millones no tienen oportunidad de asistir a esta. La comparación con países donde la transición a la secundaria se toma por sentado, es terrible. A nivel mundial, 84 por ciento de los adolescentes en edades de secundaria inicial asisten a los colegios. En contraste con los países con las mayores poblaciones de refugiados, el acceso de estos a la educación secundaria es poco usual: en Pakistán, 5 por ciento de los adolescentes refugiados en edad de secundaria asiste a las escuelas; en Camerún únicamente un 6 por ciento; en Etiopía la cifra es de un 9 por ciento, mientras que en Turquía, que acoge a 2,7 millones de refugiados sirios registrados, es de un 13 por ciento.
La educación secundaria es una inversión a largo plazo, cuyos beneficios pueden ser difíciles de ver para una familia que ha perdido todo, especialmente cuando los adolescentes podrían traer dinero muy necesitado, aquí y ahora. Enviar a los jóvenes a ganar dinero a través del trabajo infantil es una vía que muchas familias refugiadas encuentran difícil de evitar, y aún más difícil es el mantenerlos en la escuela, ya que esto representa una carga financiera extra debido a los costos de transporte, matrícula, libros y lapiceros.
La educación secundaria merece una atención urgente porque es allí donde los estudiantes, sus familias y sus comunidades experimentan un beneficio real de una educación apropiada. Construyendo sobre las bases de la escuela primaria, la escuela secundaria promueve la cohesión social, la equidad de género y una mejor salud. Esta ayuda a los adolescentes a descubrir y desarrollar sus capacidades, y a encontrar su rol en el mundo. La escuela secundaria es un puente para la capacitación vocacional, colegios universitarios y la universidad, y así, a calificaciones valiosas, mejor capacitación profesional y mejores prospectos de empleo, y una mayor autosuficiencia para los jóvenes, sin importar lo que les tenga el futuro.
Si puede resultar difícil encontrar un lugar en la escuela primaria, a nivel de educación secundaria los obstáculos pueden parecer insuperables.
Sin una red de seguridad de la educación secundaria, los adolescentes pueden ser cada vez más vulnerables. Si no son arrastrados al trabajo infantil, pueden crecer con aburrimiento o una sensación de ser indefenso, de estar a la deriva o de frustración, y con esto son presas fáciles del reclutamiento por parte de grupos armados. Para las mujeres, existe un riesgo adicional de matrimonio infantil o embarazo adolescente, confinamiento a labores domésticas o explotación sexual.
Bloqueos y desvíos en el camino
La educación secundaria es más costosa que la primaria. No solo significa un mayor costo para las familias, sino que también requiere de profesores más especializados y calificados, equipos más avanzados en los laboratorios de ciencias y computación, así como más libros en bibliotecas más equipadas. Los gobiernos de los países en desarrollo tienen que encontrar recursos para pagar por todo esto, mientras que las familias refugiadas tienen sus propias luchas financieras, incluyendo los costos de transporte para acceder a las pocas escuelas existentes y que se encuentran distantes, así como los libros de texto, uniformes, materiales escolares y en algunos casos, matrícula. El ACNUR solo cuenta con un tercio del presupuesto que gasta para apoyar la escuela primaria, para la educación secundaria, a pesar de las urgentes necesidades y costos.
El ACNUR solo cuenta con un tercio del presupuesto que gasta para apoyar la escuela primaria, para la educación secundaria.