Luz: A través de la red, me he hecho más fuerte

No hay refugio frente a la violencia: Luz Dary Santiesteban huyó a Buenaventura en 1995 para escapar de la violencia, pero se encontró con una seguridad ilusoria. En 2004, miembros de un grupo armado amenazaron con violar a la hija de Luz como castigo por su activismo comunitario. Luz se interpuso y fue violada por el grupo. Años después, tras unirse a Mariposas, logró reunir el valor para denunciar este delito. Luz afirma que denunciar lo sucedido fue como “eliminar un cáncer que me estaba consumiendo”. ACNUR/ J.Arredondo

No hay refugio frente a la violencia: Luz Dary Santiesteban huyó a Buenaventura en 1995 para escapar de la violencia, pero se encontró con una seguridad ilusoria. En 2004, miembros de un grupo armado amenazaron con violar a la hija de Luz como castigo por su activismo comunitario. Luz se interpuso y fue violada por el grupo. Años después, tras unirse a Mariposas, logró reunir el valor para denunciar este delito. Luz afirma que denunciar lo sucedido fue como “eliminar un cáncer que me estaba consumiendo”. ACNUR/ J.Arredondo

Debido al conflicto, Luz se vio obligada a huir en 1995 de Punta Ardita, un pequeño pueblo en la costa del Pacífico colombiano. Se instaló en Buenaventura y se convirtió en líder comunitaria. Grupos armados ilegales se opusieron a su labor y decidieron intimidar a Luz amenazándola con violar a su hija de diez años. Cuando intervino para proteger a su hija, Luz fue víctima de una violación en grupo.

Años después, Luz sigue traumatizada por la violencia. “Como persona desplazada, en cierta medida puedes rehacer tu vida, pero nunca olvidarás ese momento, la violación, y lo que ocurrió. Lo recordarás siempre. Yo además perdí a mi marido tras la violación. Él me dejó. Nunca he vuelto a sentirme igual. Mi gran sonrisa ha desaparecido”.

Desde que se unió a Mariposas y comenzó a asistir a los talleres sobre derechos de las mujeres, Luz encontró el valor para romper sus años de silencio y denunciar la violación ante las autoridades.

“A través de la red, me he hecho más fuerte. Me ha dado el valor para alzar la voz. Me he dado cuenta de que no podía mantenerlo en secreto durante más tiempo. Cuando lo denuncié, fue como quitarme un cáncer que me había estado consumiendo durante años”.

Como parte de su labor con Mariposas, Luz ahora ofrece asesoramiento a otras víctimas de violaciones y mujeres desplazadas.


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