“Y yo para tu viaje te doy…”

@ ACNUR/HIAS.

@ ACNUR/HIAS.

“Y yo para tu viaje te doy trabajo, buena suerte, esperanza, recuerdos, éxito, ganas de salir adelante, berraquera y mucho amor”.

Después de diez semanas de enfrentarse a nuevas palabras, expresiones, costumbres? de pensar en lo que supone la oportunidad de vivir en un nuevo país lejano pero en paz, se despiden los participantes del curso de inglés básico para principiantes dirigido a personas refugiadas que van a ser reasentadas a un tercer país.

Estamos en Quito, donde gracias a la alianza de la Organización Hebrea de ayuda para Inmigrantes y Refugiados (HIAS), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), estas personas en situación de refugio muestran con orgullo el título que les acredita con conocimientos básicos de la lengua foránea.

“Esto nos ayuda a afrontar algo grande que se viene; pero para nosotros es una oportunidad de vivir otra realidad” apunta Milena, mujer de origen colombiano parte de  los más de 60.000 personas que han sido reconocidas como refugiadas en Ecuador. 

Para esta población, que en su mayoría busca soluciones duraderas a su vida, a veces la alternativa de futuro es la oportunidad que ofrecen países tan lejanos como Nueva Zelanda, Canadá o Suecia para reiniciar su vida en paz y seguridad. Sólo en 2013 los casos de hasta 1800 personas fueron presentados por parte del ACNUR a diversos países solicitando esta oportunidad de reasentamiento a un tercer país. 

Y, aunque los cambios a los que deben amoldarse son grandes, la ilusión por aprender permite superar el reto de un nuevo idioma, costumbres y usos. 

“Ahora depende de nosotros. Sería bueno que investiguemos un poco más sobre el país al que vamos a ir, saber más de las culturas”.

En el marco de la Iniciativa Integral de Soluciones, una estrategia de medio plazo que el ACNUR está desarrollando en Ecuador, el apoyo a familias refugiadas para una mejor integración en casos de reasentamiento es fundamental.

A pesar del temor, las dudas y las ansias que tienen estas personas por comenzar una nueva etapa en un lugar desconocido, las expectativas de vida incluyen el deseo de trabajar, seguir estudiando, mejorar sus condiciones de vida y las de su familia. 

Esperan poder acoplarse a un nuevo entorno donde, en muchos casos, las barreras lingüísticas suponen un gran reto. Ante lo cual, estos cursos nacidos de la alianza ofrecen conocimientos de inglés básico y cultura local  con el fin de facilitar el proceso de integración de las personas además de minimizar los temores que puedan tener frente a este nuevo cambio. 

Durante diez semanas, los participantes trabajan su comprensión lectora y auditiva, así como la expresión oral y escrita, de cara no sólo a tener nociones suficientes de inglés, sino también de la cultura de los países anglo parlantes a los que van a ir a vivir. Desde aprender a presentarse, hasta las expresiones comunes en contextos laborales, o cómo pedir orientaciones en la calle.

Con el diploma en la mano, los participantes muestran orgullosos la capacidad de superación, de resiliencia, y las esperanzas de esta población que se reconstruye a sí misma cada día. 

“Les deseamos lo mejor”, anuncia la facilitadora cuando se cierran los libros y el aula. “Queremos decirles que hay oportunidades y que tienen derechos. Un buen viaje y una buena vida”.

Por Ana Belén Saltos en Quito.

*Nombres cambiados por razones de confidencialidad.


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