Aún hay mucho que contar

Dos de cada 10 niños refugiados en Ecuador, y cuatro de cada 10 adolescentes, no acceden a la educación.

Dos de cada 10 niños refugiados en Ecuador, y cuatro de cada 10 adolescentes, no acceden a la educación.

Durante mi trayectoria como periodista, en especial en estos últimos cinco años como corresponsal de prensa internacional desde Ecuador, he escrito varios textos periodísticos sobre la situación de los refugiados en el país, para lo cual he hablado con personas en situación de refugio a la vez que con autoridades, organizaciones sociales, y entidades como ACNUR. Pero uno de los diálogos que más reflexiones me ha causado fue el que mantuve con niños y jóvenes refugiados colombianos que me contaron el drama escolar que han debido afrontar desde que huyeron de la violencia en su nación.

Fue en mayo de 2013, cuando preparaba una nota para BBC Mundo. Conocí a siete niños, con edades de entre 4 y 13 años, quienes en ese momento no estaban enrolados en ninguna institución educativa. Varios de ellos habían sido inscritos en escuelas en  Quito, pero terminaron abandonando sus estudios.

Conocí también a Marinela, una mujer refugiada colombiana que me comentó sobre su hija de 18 años, quien en una década había pasado por cuatro instituciones educativas en Ecuador, debiendo interrumpir sus estudios por varias ocasiones.

Y revisé las cifras. Dos de cada 10 niños refugiados en Ecuador, y cuatro de cada 10 adolescentes, no acceden a la educación, según los resultados de una encuesta a refugiados colombianos asentados en Quito y Guayaquil presentados por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y ACNUR en 2011.

Y entendí que, según la misma encuesta, el 31% de los refugiados consultados señaló a la falta de recursos económicos como la dificultad principal para acceder a la educación, el 14% mencionó discriminación, mientras que un 52% manifestó falta de documentación, entre otros aspectos.

Alrededor de la problemática de los refugiados hay historias de vida que no pueden quedar invisibilizadas, y los periodistas debemos abordarlas con ética. Aún hay mucho por contar.

*Paul Mena Erazo, es corresponsal de prensa internacional desde Ecuador.


1 familia separada por la guerra es demasiado

Conoce más sobre nuestro trabajo con los refugiados en ACNUR.org y ACNUR.es