Principios básicos para la Gestión del Medio Ambiente

© ACNUR/E. Wolfcarius

La integración

La planificación medioambiental es crucial en cada una de las fases de las situaciones de refugiados. La presencia masiva de refugiados puede tener repercusiones sobre el medio ambiente y sobre los propios refugiados que no pueden ignorarse, por lo que promover y garantizar una sólida gestión del medio ambiente en las actividades que desarrolla el ACNUR, es indispensable para el bienestar y la seguridad de los refugiados y, para la protección del medio ambiente, puesto que a través de una adecuada gestión medioambiental, especialmente en las etapas iniciales, se pueden evitar o subsanar efectos potencialmente dañinos. La gestión medioambiental y no debe verse de manera aislada sino como un factor integral de todas las actividades, como por ejemplo, la organización del medio físico, los estudios forestales, la agricultura, el manejo del ganado, el agua y la higiene.

Es mejor prevenir que curar

Adoptar, tan pronto sea posible, todas las medidas necesarias para reducir al mínimo cualquier problema de gran escala o consecuencias irreversibles que puedan suscitarse, es uno de los principios fundamentales impulsados por el ACNUR en sus actividades en terreno. Una planificación efectiva puede contribuir a aminorar tanto el deterioro ambiental como los costos —recursos humanos y financieros— que supone la rehabilitación de un lugar. Hay algunas actividades ambientales muy simples que pueden comenzar a realizarse casi desde el momento mismo en que se desata una emergencia de refugiados, independientemente de la situación, y en tanto se formula una estrategia de respuesta más integral. Por ejemplo, la selección del lugar en el que se va a establecer el campamento resulta crucial, y, si no hay más remedio que establecerlo en las cercanías de un área ecológica frágil, será necesario adoptar medidas adicionales que impidan que la presencia de refugiados tenga consecuencias ambientales negativas en esa región.
 

Costo – beneficio

El ACNUR tiene recursos limitados a su disposición por lo que debe esforzarse, para maximizar la eficacia de sus programas de ayuda. Esto, particularmente en el caso de los temas medioambientales donde hay que adoptar una visión de largo plazo para fortalecer y apoyar el uso y el manejo sostenible de los recursos naturales. El principio “es mejor prevenir que curar” puede contribuir a incrementar la relación costo - beneficio, pues en general es mucho más costoso revertir (o reparar) el deterioro ambiental que prevenirlo. Una buena integración puede contribuir a aminorar los costos, dado que las actividades ambientales serían asumidas por diferentes sectores y no tratadas por separado, como parte de un costoso proyecto “adicional”.
 

Participación local

Para lograr el manejo sostenible de los recursos naturales es fundamental que los habitantes locales participen en el desarrollo y el manejo de las actividades ambientales. Si se quiere que actividades como la reforestación, la agrosilvicultura, el pastoreo controlado de ganado, o el empleo de hornos más eficientes tengan éxito en el largo plazo, es necesario contar con el apoyo de toda la comunidad — refugiados y habitantes locales—.

La rivalidad que surge cuando se compite por recursos naturales limitados es uno de los principales motivos de conflicto entre habitantes locales, refugiados y autoridades, y también es, por supuesto, motivo de preocupación. De ahí que las actividades del ACNUR promuevan la participación la población en debates y conversaciones sobre el acceso a los recursos naturales y su uso. Es más, como parte del programa de concienciación que el ACNUR lleva a cabo en el terreno, se incentiva a los líderes de las comunidades de refugiados que fomenten la conciencia sobre el medio ambiente y un sentido de responsabilidad para con el mismo.

Actividades como ésta ayudan a inculcar el respeto por ciertas tradiciones locales, como pueden ser la prohibición de cortar ciertos árboles o cazar ciertas especies, transitar por bosques que se consideran sagrados, o caminar por sitios de importancia cultural. Este tipo de iniciativas puede ser de gran utilidad no sólo para proteger el medio ambiente del lugar, sino, en general, para atenuar el impacto humano en el medio ambiente.
 

Las mujeres y el medio ambiente

 Otro de los aspectos que el ACNUR toma en consideración en muchos de sus programas en el terreno, es el papel de la mujer en la utilización de recursos naturales como madera, agua y alimentos silvestres. Aunque las necesidades particulares de las mujeres, su seguridad y su salud, continúan siendo prioritarias para el ACNUR, también interesa reducir la desigualdad en la carga de trabajo de las mujeres en los campos de refugiados. Si una mujer debe pasar muchas horas recogiendo agua, trayendo leña o atendiendo labores agrícolas, le quedará poco tiempo para educarse o para atender a su familia. Como en muchos casos las mujeres son las usuarias directas de los recursos naturales —y desempeñan un papel protagónico en actividades medioambientales como el ahorro de energía en la cocina— es indispensable que su cooperación y asistencia sean parte integral de toda actividad medioambiental que se realice.