Patinadora. Hija. Miembro de equipo.

“Era demasiado peligroso quedarse”.

Yadira, 15 años: “Me puse unos patines por primera vez en Colombia. Tenía siete años y me los regaló mi hermana. Estaba muy nerviosa porque era como ir a un colegio nuevo donde no conoces a nadie, pero seguí intentándolo. Al principio practicaba en casa y me agarraba a cualquier cosa que me diera estabilidad, pero finalmente, mi hermana me sacó a la calle a patinar. Después empezamos a ir a una pista de patinaje todos los domingos. Una cosa llevó a la otra y me empezó a gustar.

 

Mis padres me dieron un equipo de protección pero sin casco, así que al principio tuve que ponerme el mío de la moto. Todo el mundo me preguntaba qué estaba haciendo con ese casco, pero yo solo quería patinar. A veces me caía, pero no te puedes considerar un patinador si no te pasa eso. Cuando me caigo o me salen ampollas me duele, pero me levanto y sigo intentándolo; el dolor me ayuda a ser más fuerte para lograr mi objetivo. Cada vez que oigo cómo me animan mi madre y mis amigos, siento una energía renovada”.

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Yadira practica en una pista de patinaje. Le gustan las carreras de relevos porque le hacen sentir la adrenalina y el espíritu de equipo. (c) ACNUR/ B.A.Armada Figueira/ 2015

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Yadira (al centro) y sus principales admiradores: su mamá María, y su papá Rafael. (c) ACNUR/ B.A.Armada Figueira/ 2015

Yadira tiene 15 años. Ella y su familia huyeron de Colombia cuando un grupo armado amenazó con reclutar por la fuerza a sus hermanos y obligó a su madre a coser uniformes. Sin avisar a su familia ni a sus amigos, dejaron todo atrás y cruzaron la frontera hacia Venezuela.

Después de un mes en el exilio, Yadira se enamoró del patinaje de velocidad. Ya ha participado en diferentes competiciones de patinaje por equipos y le encanta entrenar con carreras de relevos porque le ayuda a sentir la adrenalina y el espíritu de equipo. Su madre María y su padre Rafael son sus mejores fans y su mayor apoyo. Están tratando de comprarle un equipo deportivo básico con el poco dinero que tienen. Su padre construyó los primeros patines profesionales de Yadira ensamblando distintas partes de otros patines. “Mi sueño es participar en competiciones mundiales de patinaje de velocidad, porque así podré agradecer a mi familia todo lo que ha hecho por mí”, dice Yadira. Yadira necesita su documentación como refugiada para participar en competencias a nivel profesional. Actualmente, ACNUR la apoya con el acceso a su documentación en el país que le ha brindado protección a ella y a su familia.

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El conflicto en Colombia ha desarraigado a más de 5 millones de personas. Casi 200.000 colombianos como Yadira han encontrado protección en países vecinos. El ACNUR tiene como objetivo garantizar que todas las personas que solicitan asilo tengan acceso a procedimientos de asilo efectivos y justos gestionados por el gobierno. El ACNUR ayuda a los gobiernos a ampliar su capacidad de compromiso con la comunidad y aumentando la efectividad de los procesos nacionales de registro.