Premio Nansen para los Refugiados

Anteriormente conocido como “Medalla Nansen”, este premio fue instituido en homenaje al célebre explorador polar noruego Fridtjof Nansen, quien fue designado en 1921 como el primer Alto Comisionado para los Refugiados por la Liga de las Naciones, predecesora de las Naciones Unidas. La distinción Nansen para los refugiados, dotada con una medalla conmemorativa y un premio en metálico de 100.000 dólares, se otorga cada año a una persona u organización que se haya destacado por su trabajo en favor de los refugiados.

Aqeela Asifi, de 49 años, recibe un reconocimiento a su valiente e incansable dedicación a la educación de las niñas afganas refugiadas en la aldea de refugiados de Kot Chandana, en Mianwali, Paquistán, enfrentando al mismo tiempo los desafíos que presenta la vida en el exilo. Asifi ha guiado a miles de niñas refugiadas a través de su educación primaria.

“Cuando tienes madres educadas, con toda certeza tendrás generaciones futuras educadas”, señaló. “Así que si educas a las niñas, educas a las generaciones. Sueño con el día en que las personas recuerden a Afganistán, no por la Guerra, sino por su nivel de educación”.

Descargue el informe del Consejo Noruego para los Refugiados "Breaking the Cycle: Education and the Future for Afghan Refugees"

La existencia de un conflicto es uno de los factores más decisivos para provocar que un menor de edad no asista a la escuela. La mitad de los niños que no asisten a la escuela se encuentran en zonas de conflicto. Esa cifra significa que la asombrosa cantidad de 29 millones de mentes jóvenes no están en las aulas. Las estadísticas muestran que cuando un conflicto interrumpe la educación de los niños es menos probable que ellos retomen los estudios. La trágica ironía es que esos países cuyos niños no asisten a la escuela, son los mismos que tienen una mayor necesidad de tener ciudadanos educados que los ayuden a reconstruir el país. Afganistán es uno de los principales ejemplos de este tipo de nación.

Los refugiados afganos constituyen una de las poblaciones desplazadas más grandes y por más tiempo en el mundo. Tres décadas de conflictos recurrentes han provocado que la educación de tres generaciones sucesivas de niños refugiados afganos fuera interrumpida, descontinuada u olvidada, a causa de la serie de obstáculos que están mayoritariamente fuera de su control.

Hoy en día se calcula que unos 2.6 millones de afganos permanecen en el exilio, principalmente acogidos por Paquistán y la República Islámica de Irán. Paquistán es el segundo país a nivel mundial que acoge más refugiados, en su territorio residen a cerca de 1.5 millones de refugiados afganos, una cifra que representa el 10.5 por ciento de la población refugiada mundial. Irán acoge a cerca de 950.000 refugiados afganos.

La población afgana refugiada que reside tanto en Paquistán como en Irán es joven, hay segundas y terceras generaciones que han nacido en el exilio. Los niños menores de 14 años representan la mitad de los 2.45 millones de refugiados afganos tanto en Paquistán como Irán, mientras que los jóvenes (entre 15 y 24 años) constituyen una parte importante de la población.